Capitulo XXIV

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No pasó mucho tiempo para que la sirvienta regresara, pero esta vez tenía un bulto en brazos que daba ligeros movimientos, los cuales eran casi imperceptibles. A su lado se encontraba el señor Ning, también conocido como “rata da dos patas” o “roba castidades”...(apodos concedidos por cortesía de Shen Jiu). El señor Ning se inclinó levemente en repuesto hacia el señor del pico Qing Jing, mientras que arregañadientes Shen Jiu le devolvió la inclinación después de ser el objetivo de una mirada de la mujer a su lado. La sirvienta a pesar de estar incómoda por el ambiente algo tenso que se formó después de que su señor entrara siguió adelante entregando a su señora el bulto que tenía entre brazos con sumo cuidado y delicadeza, como si de cristal se tratarse y ante el más pequeño descuido podía agrietarse.

"Ven" habló la mujer a Shen Jiu para que se acercara, mientras el mencionado se pocisionaba a su lado siguió hablando, "lo estuve hablando con mi marido y...llegamos a la conclusión de que la persona que hiso posible para que esto pasará merecía el honor de nombrar a nuestra pequeña" cuando acabo de hablar Shen Jiu ya se encontraba a su lado viendo la pequeña y regoderta carita de una preciosa niña, con unos grandes ojos color negro y una bella sonrisa, tan grande y brillante que si el sol la viera no saldría del horizonte por vergüenza, al saber que nunca se podría brillar con la misma intensidad de la pequeña. Las lágrimas quería escapar de los ojos de Shen Jiu, pero no se atrevía a dejarlas salir... No enfrente de la rata a la que su hermana le dice esposo.

"Por favor A-Jiu, queremos que tu le concedas un nombre digno de ella"

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"Por eso... ¿Por eso te llamas como la sirvienta que ayudó a Shen-shifu? " Liu Mingyan pregunto cuando vio a la bebé.

"No lo se exactamente" contestó Ning Yingyin mientras negaba lentamente con la cabeza.

Después de la respuesta de la discípulo de Shen Qingqiu decidieron que lo mejor era seguir viendo para saber que pasaba exactamente.

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"Eso es un gran honor... Pero estas segura que quieres que sea yo...madame Ning" lo último lo dijo con un sabor amargo que se arremolidaba en lo profundo de su garganta, todavía no se había acostumbrado a llamar de esa manera a su hermana y también algo reconcoroso hacia el hombre que la profano.

La mencionada no pudo evitar reír ligeramente, sabiendo exactamente lo que estaba sintiendo su A-Jiu, aunque siga teniendo su cara neutral. "!Claro¡, se que serás un buen padrino, le enseñaras y consetiras" habló emocionada ante la idea.

"Pero... " estaba dudoso, el no se creía digno de ponerle nombre a una alma tan pura como la que estaba en los brazos de Fuji. El era una persona con sangre decorando sus manos, demonios acechando sus pasos...una escoria que no merece conocer el amor y la felicidad. No merecía darle a una brillante luz la forma en la que será conocida y recordada, ya que la desgracia podría peserguirla.

Fuji al notar la duda en los ojos de su pequeño no pudo evitar dar una sonrisa melancólica y triste, "tomala"dijo para acercar el bulto a los brazos de Shen Jiu. Casi por reflejo Shen Jiu la sostuvo, pero sus brazos estaban algo temblorosos y el nerviosismo era notorio (para Fuji, al menos), ella le sonrió y le indicó suavemente como sostenerla para no lastimar, ni dejar caer a la pequeña.

Cuando estuvo asegurada en los brazos del erudito, la contemplo por unos minutos para alzar la vista y mirar a Fuji con duda.

" quiero que seas tu, quien le de el nombre" su sonrisa no había desaparecido mientras continuaba, ahora sus brazos, sin nada que sostener fueron hacia las manos de su marido que se había ubicado a su lado mientras le entregaba a Shen Jiu la pequeña bebé, "por favor A-Jiu, se que no hay nadie más indicado como tu para poder nombrala".

Shen Jiu después de unos segundos de silencio asintió, regresando su mirada a la pequeña que lo veía con curiosidad en sus orbes negros, para después reír animadamente mientras sostenía la cara del inexpresivo señor de pico con sus pequeñas manitas como si de la cosa más extraña pero maravillosa se tratarse. Los ojos del indiferente Shen Qingqiu se su suavisaron ante el pequeño rayito de sol entre sus brazos, mientras sonreía cálidamente.

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La emoción de Ning Yingyin no podía medirse, estaba viendo a su shizun cargandola por primera vez, su madre le dijo que fue un momento emotivo y bello ante sus ojos. Y tuvo que darle la razón era algo muy emotivo de ver, no puede creer que ella era demasiado pequeña para recordarlo, pero eso solo hacia que no desaprovechara esta oportunidad de guardar ese momento en lo más profundo de su mente para toda su vida.

Liu Mingyan y Qi Qinqi solo pensaban que Shen Qingqiu se veía realmente lindo con un bebé en brazos. Aunque esta última no quiera admitirlo.

Personas como Liu Qingge y Luo Binghe se preguntaban como se vería Shen Qingqiu cargando a un bebé que fuera propio. La imagen metal que tomó forma, solo logró que los colores se les subieran hasta la cabeza, ya que “extrañamente” el bebé tenía características parecidas a ellos mismos. Ambos se recriminaron mentalmente, uno por pensar cosas inapropiadas con su shizun mientras que el segundo por esperar ver de esa forma a la persona que hasta hace poco odiaba. A pesar de recriminarse, ninguno se sintió arrepentido o asqueado. Ya que en realidad a los dos le pareció una situación hermosa y deseada.

Los demás señores de pico solo se erternecieron por la escena.

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La pequeña no podía entender exactamente lo que estaba pasando, pero eso no quitaba que riera felizmente ante el hombre que la estaba cargando para estirar sus pequeñas y frágiles manos a su cara con la intención de tocar el rostro del contrario, la curiosidad y felicidad desbordaban de los orbes negros de la bebé.

Cuando logró su cometido sus risas se intensificaron pero negándose a soltar el rostro que había atrapado entre sus manos.

Shen Jiu quedo anonado por los orbes negros como una noche clara por unos momentos, para después hacer su sonrisa un poco más grande, las lágrimas se habían arremolidado en las comisuras de sus ojos, pero negándose tercamente a dejarlas salir enfrente de tanta gente observandolo. Se inclinó un poco mas cerca de la bebé que tenía entre sus brazos para superar algo intendible para las personas a su alderedor pero no para la pequeña bebé y los espectadores al otro lado de la pantalla.

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Ning Yingyin llevó sus manos a su boca, mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojos. La felicidad estaba creciendo en su interior, mientras que un sensación de calidad se apoderaba de su pecho. Ella nunca dudo de los sentimientos de su shizun sentía hacia ella pero... Poder escuchar esas palabras de los labios de su shizun solo hacia que la emoción creciera y quisiera desbordarse por cada parte de su ser.

Tres de los espectadores sintieron como su corazón daba un brinco ante la melodiosa voz, tal suave y cálida, también llena de ternura y amor. Claro que los latidos de sus corazones eran por razones distintas, mientras que uno estaba radiante y feliz por ver que su A-Jiu todavía pueda decir y sentir esas sensaciones, los otros dos estaban conmocionados por las palabras que salieron de los rojos labios de Shen Qingqiu, la solo le idea de que esas palabras sean dichas a ellos los emocionaba y alegraba sin saber exactamente el porque.

¿Por qué?

¿Por qué la idea de qué esas palabras sean dirigidas a ellos le daba un dicha y felicidad inexplicable? no lo sabían, pero lo que si saben es que buscarán una manera para que de esos labios cual cerezas le dediquen esas palabras con la misma adoración y suavidad.

Detras del AbanicóWhere stories live. Discover now