Capitulo XXXIV

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Después de la pequeña y agradable reunión con su shizun, decidió que era necesario dejarle un obsequio.

Un Chuānghù, un insignificante truco que aprendió en los reinos del clan de su fiel servidor, Mobei Jun que normalmente ocupaba solo para vigilar a los cultivadores de sectas que no fueron totalmente destruidas. Este pequeño truco tal y como lo dice su nombre, es una ventana que lograba superar la barrera del tiempo y espacio para poder ¨cuidar¨ (espiar) diligentemente a su querido shizun.

Por unos momentos fue divertido y entretenido, pero sobre todo estimulante, ya que gracias ha tan brillante movimiento ahora podía ver desde primera fila como su hermoso shizun, untaba un poco de aceite humectante en sus largas, blancas y delgadas piernas. Muchas de las cosas que vio fueron almacenadas profundamente en su subconsciente para que después sean utilizadas en su reino de los sueños durante muchas noches.

Lastimosamente todo buen humor que haya conseguido en su vigilancia, se había esfumado después de escuchar la conversación de su shizun con los demás señores de pico, sobre todo sobre la ridícula idea de una de sus esposas. Ese mono sin cerebro no merece el poder admirar a su shizun, y mucho menos casarse con el.

Acaso Liu Mingyuan perdió totalmente la cordura o sera que después de pasar tanto tiempo junto a su estúpido hermano al fin pudo afectarle a la cabeza.

Dejando eso de lado al menos unas de sus esposas si puede dar brillantes iluminaciones. ¿así qué debe de ganarse a esas hermosas mujeres para poder pedir la mano de su shizun eh? bueno no es por nada que sea el lord de ambos reino con un harem de miles de bellezas. Ganarse a una cuantas más para poder casarse con su shizun es como un juego de niños.   

Estaba confiado, muy confiado en realidad solo debía de dar unos cumplidos por aquí unos detalles por allá, utilizar su increíble encanto y hará que ellas mismas le den a su shizun en bandeja de plata.

"Mi señor" Mobei Jun lo distrajo de sus pensamientos, cuando obtuvo toda su atención observo como su frió asistente tenia una pila de documentos apilados en sus manos.

"como siempre tan placticador" dijo entre dientes, pero Mobei Jun solo guardo silencio esperando que le diga que se retirara, pero al desviar por unos momentos su vista capto algo que lo desconcertó por completo, dejándolo congelado en su lugar.

¿Pero cómo?

Como es posible que esa persona este con vida, el sabia que no se había confundido ya que recordaba cada centímetro de ese nervioso rostro. Sus grandes ojos marrones junto a su cálida sonrisa arden como fuego en el fondo de su mente, su helado corazón latía desenfrenadamente en su pecho mientra por su cabeza se escuchaba cada risa que alguna vez salio por los delgados labios, no podía apartar la mirada y cuando estuvo apuntó de estirar su mano como si esa persona no fuera solo una imagen de lo que su lord estuviera viendo, pero antes de que hiciera cualquier cosa un ligero golpe en su hombro lo saco de su ensoñación.

"¿lo quieres?" le había preguntado su lord con una sonrisa que mostraba sus colmillos, no sabia a que se refería, así que opto por no decir nada y esperar a que le explicara a lo que se refiere con esas palabras. "¿quieres al pequeño roedor?, solo pídelo y lo tendrás para hacer lo que te plazca con el"

¿lo quería?

Luo BinGhe al ver la lucha interna de su fiel seguidor no pudo evitar mirar divertido, ya que era obvio que el lo quería, desea a ese miedoso roedor, el mismo deseo como el que el siente por su shizun. Siempre fue así, solo que al parecer Mobei Jun nunca se dio cuenta o no quiso aceptarlo. Ahora se arrepiente un poco de mandarlo a matar después de que haya perdido su utilidad, pero estaba tan segado por la venganza, el odio y el poder que nunca le puso atención a la pequeña chispa de dolor cuando le ordeno que se deshiciera del señor del pico An ding.

Pero ahora, ahora ambos podían tener lo que querían gracias a que los dioses así lo querían. ¿No era esta una oportunidad de oro?,

Mobei Jun guardo silenció, no sabía que responder ante lo ofrecido por su Lord... No, en realidad sabía perfectamente lo que el deseaba. Deseaba a su pequeño roedor, el mismo que a pesar de toda la sangre que manchaba sus manos se sonreía cálidamente, quería a la única persona que alguna vez en su larga vida lo vio vulnerable y herido, el cual al contrario de lo esperado fue capaz de tenderle una mano y ayudarle.

Si, el quería al pequeño hamster en su poder.

Cuando vio la mirada decidida de su siervo sonrió eufórico.

"Bien, lo tendrás amigo mío" dijo divertido, como un niño apuntó de estrenar un juguete nuevo. "Prepárate, debemos de recoger a nuestros consortes".

"Mhn" Mobei Jun solo asintió ligeramente para después desviar la vista al Chuānghù viendo como su futura cónyuge tenía una sonrisa nerviosa.

Ambos demonios estaban decididos a conseguir a sus futuras parejas... ¿Lo lograrán?.

Detras del AbanicóOnde histórias criam vida. Descubra agora