Capitulo XXIX

2.2K 339 77
                                    

Lo había logrado.

Su shizun escoria estaba muerto. Murió por su propia mano, haciéndole pagar mil veces más lo que esa horrible persona le había echo vivir.

Lo humilló, lo destrozó, lo aplastó, hiso todo lo posible por ver a ese horrible ser desmorodandoce. Pero no consiguió ver ni una pizca de miedo o dolor en su mirada o facciones, solo una indiferencia abrumadora e irritante.

Y cuando por fin se había cansado de esperar una reacción, término con su vida...pero entonces, ¿por qué?.

¿Por qué, no sentía satisfacción?.

¿Por qué, el hecho de saber que Shen Qingqiu no volvería a verlo?,lo irritada tanto, no importaba que fuera con indiferencia o despreció.

¿por qué?.

No paso más de una semana después de qué el señor del pico Qing Jing, haya dado su último suspiro.

Se encerró en su habitación, negándose a comer o dejar que alguien se acerqué, no quería a nadie cerca. Necesitaba la soledad para así poder descubrir el por qué de sus irritación ante la muerte del qué se hizo llamar su shizun.

Pero no importaba cuanto lo pensará no encontraba respuesta. Estaba a punto de rendirse, enterrar en lo más profundo de su ser el sentimiento de insatisfacción y continuar con su vida, a lado e todas sus esposas y riquezas.

Pero el sonido de algo callendo en la suavidad de su almohada le llamó la atención, no era un sonido particularmente fuerte pero sus desarrollados sentidos le advirtieron ante tal objetó.

Al desvíar la mirada hacia su propia cama para saber que fue lo que llamó su atención, lo único que pudo encontrar fue un pequeño cuaderno con una curbierta verde, estando envuelta por un listón de un color aún más claro, en donde colgaba una pequeña nota.

La sostuvo entre sus manos, sin miedo a que sea una trampa. Ya que nadie sería tan tonto como para pensar en emboscar o engañar al Lord que gorbenaba tanto el mundo humano como en demoníaco.

“𝙻𝚊𝚜 𝚛𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎𝚜𝚝𝚊𝚜 𝚎𝚜𝚝á𝚗 𝚊𝚚𝚞í”

No pudo evitar levantar una ceja en confusión ante tal mensaje, ¿las respuestas? No era posible que alguien supiera sobre el porque estaba afligido, y si en un imposible caso de que alguien lo descubriera el se enteraria casi de inmediato, y el personalmente se encargaría que ese “alguién” le sea imposible ver la luz del día...Pero no podía negar que la chispa de la curiosidad destello en su interior, logrando que una llama se extendiera por todo su ser, que podría perder al indagar en el pequeña e inofensivo cuaderno.

Sostuvo  el pequeño objeto entre sus manos para examinarlo antes de leer su contenido, pero no había nada extraño además de que al parecer era un diario, pero no estaba el nombre de su propietario, era algo difícil el adivinar a quien pertenecía dicho objeto.

Hasta que vio la primera página.

Esa letra, no importaba el tiempo que haya pasado sin ver esa elegante escritura, podía reconocerla sin problemas. Trazos finos, sin faltas gramaticales o ortográficas, siempre ordenada y limpia. No había duda era la escritura de su shizun.

'Con que su diario, eh' pensó amargamente mientras intentaba quitar el mal sabor que apareció en su paladar, ¿cómo el diario de su shizun escoria, le dará las respuestas que el buscaba? Era simpleme ridículo, estaba a punto le lanzar el maldito cuaderno lejos de su vista, pero nuevamente la curiosidad le llamaba. Después de todo no le haría daño echar un pequeño vistazo no era como si Shen Qingqiu pudiera quejarse, al final de cuantas.

Detras del AbanicóOù les histoires vivent. Découvrez maintenant