Capitulo XXX

2.1K 344 31
                                    

después de cruzar la abertura tridimensional respiro profundamente el are del pico Qing Jing, era tal limpio y puro de como lo recordaba en sus años de discípulo, el cantar de las aves se escuchaba a los lejos junto con el susurro del viento, tan tranquilo como el mismo nombre lo dictaba. Nunca creyó que el lugar que creyó un infierno le estuviera dando paz a su agitada mente.

A su lado pudo escuchar el grito ahogado de alguien, al desviar la mirada hacia el sonido pudo ver a un discípulo con el uniforme del pico, sus ojos estaban abiertos por la sorpresa mientras abría y cerraba la boca como un pez fuera del agua, intentaba decir algo pero al parecer las palabras no podían salir de su garganta.

"¿Luo Binghe?" 

Dijo después de un rato el tono de duda y su cara de conmoción, lo causo gracia así que solo pudo asentir ante el pequeño discípulo que temblaba ante el aura poderosa e intimidante del gobernador del mundo de la cultivación como demoníaco, la marca de su frente brillo con mas intensidad mientras mostraba los colmillo en una sonrisa altanera y burlesca.

"Puedes decirle a shizun que he venido a verlo" esto lo dijo mientras balanceaba suavemente a Xi Mo a unos centímetros del discípulo, una enorme sanja se formo en cuestión de segundos para después ver como el pobre chico temblaba de manera descontrolada para después correr con todas sus fuerzas, intentando alegarse lo mas posible de Luo Binghe.

Luo Bhinghe fácilmente podría alcanzarlo, pero decidió dejarlo ir, para que pudiera correr la voz y poder llamar la atención de su adorado shizun. ¨Falta poco shizun, muy pronto nos volveremos a encontrar...y esta vez, no te dejare¨. Sonrió para después seguir caminando, su objetivo a alcanzar la casa de bambú al otro lado del bosque de bambú.

mientras tanto el pequeño discípulo corría con todas las fuerzas que sus temblorosas piernas podían dar, hasta que choco con alguien haciendo que con el impacto cayera de bruces sobre las duras rocas del pequeño sendera hacia la casa de bambú.

"Ve por donde caminas idiota"

Era la voz de Ming Fang, alzo la mirada para ver como su shiziong lograba estabilizar la pila de informes que llevaba en brazos, sus ceño esta fruncido mientras lo miraba enojado a su lado Luo Binghe apareció con otra pila de papeles, que lo observaba con duda ante el frió sudor que recorría su cara, y su mirada llena de pavor y terror.

"¿Qué demonios te pasa Jin-shidi?" el tono irritado y enojado de Ming Fang se escuchaba en cadapalabra que salia de su boca, después volvió a preguntar pero esta vez se escuchaba preocupado por la palidez de su shidi. "¿oye, esta bien?".

"Luo, Lu-o el no-s n-os ata-ataca" dijo tartamudeaba y balbuceaba mientras su cuerpo no dejaba de temblar en ningún momento.

Tanto Luo Binghe como Ming Fang se miraron entre si, sin entender lo que murmuraba el Jin, "¿de qué estas hablando?, la pequeña bestia ha estado ayudándome todo el día". Si puede ser que su trato en el pico Qing Jing haya mejorado, pero eso no quitaba que todavía muchos de sus hermano marciales se siguieran refiriendo a el de manera despectiva, pero poco le importaba ya.

"N-no el, el no o-otr-otro L-u-uo Bi-bin-binghe uno m-as gr-gran-grande" ambos enmarcaron una ceja ante lo que estaba diciendo, Ming Fang estaba a punto de mandarlo a descansar, ya que a su parecer tantas tareas le estaba friendo el cerebro pero un grito lo detuvo.

"¡Shizun! este discípulo lo esta buscando"

Ming Fang reconoció la voz, a pesar de que se escuchaba mas grave y con un toque de locura sabia a quien pertenencia, vio consternado hacia Luo Binghe quien también estaba visiblemente sorprendido ante el hecho de escuchar su propia voz solo que mas madura.

Detras del AbanicóWhere stories live. Discover now