CAPÍTULO 15

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VICTORIA

Julio 21

— Dra.Miles el director la espera en su oficina. —explica la chica sonriente. Asiento con la cabeza y sonrío, camino por el pasillo del edificio principal. Todas las luces están encendidas y todo están blanco que me da dolor de cabeza.

Santiago y Ricardo notaron movimientos inusuales en el área de abajo, sin embargo no lograron captar que era, todos tenían la misma tarjeta de acceso y es mi trabajo ahora conseguirlas, el que nuestros chips de localización hayan sido desactivados cuando llegamos tampoco es una buena señal.

Llego a la oficina del director, toco la puerta, rápidamente escucho un "Pase" y abro la puerta. Entro en la oficina, no me detengo a mirar alrededor solo me quedo mirando al hombre sentado del otro lado del escritorio. Tomo asiento frente al hombre al que le he estado haciendo terreno desde que llegué: miradas coquetas, uno que otro comentario coqueto y ayer dejé caer un bolígrafo, solo para agacharme y refregarle el culo en la cara.

— Buenos días Dra. Miles. —dice sonriente.

— Buenos días Dr.McCrory, ¿Para que me necesitaba? —pregunto acercándome a su escritorio sin despegar mis ojos de los suyos. Él sonríe y me pasa unos papeles, estiro la mano para tomarlos y aprovecho para acariciar su mano con la yema de mis dedos.

La belleza es algo superficial, eso lo tengo claro pero también entiendo que me ha ayudado bastante a lo largo de mi carrera, me ha dejado meterme en la cabeza de los hombres más peligrosos, con unas cuantas miradas que no me sacaron de sus mentes, sin embargo también es un arma de doble filo.

>> hay están los pendientes para hoy. —dice sonriéndome.

Yo sonrió de vuelta.

— ¿Para eso me llamó a su oficina? —pregunto fingiendo la decepción. Él ladea una sonrisa.

— No, también me apetecía ver su hermoso rostro Dra.Miles.  —dice sonriente. Me pongo de pie y doy la vuelta por el escritorio, recuesto mi trasero contra la madera y aprieto las manos a mis costados. Muevo el pie debajo de su silla y la arrastro hacia a mi, el me mira fascinado.

— Si quiere besarme, hágalo Dr.McCoy, pero no de mas largas. —digo acercando mi rostro al suyo— Conmigo de frente. —digo seria.

Él sonríe y se acerca a mi rostro.

— Usted si es una mujer directa. —ríe.

Antes de que me siga aturdiendo con comentarios "lindos" me abalanzo sobre sus labios, él me besa con suavidad y ternura, yo intento llevarle el mismo ritmo pero no puedo. No se hacerlo así. Acaricio su mejilla mientras, sus labios siguen invadiendo los míos y deslizo la mano por su bolsillo buscándole la tarjeta que Ivanna dijo que vió cuando él se la metió en el pasillo.

Rápidamente encuentro la tarjeta y la empuño deslizándola por mi manga. Alargo el beso unos segundos más y luego me separo.

— Nunca había probado unos labios tan suaves. —me venera.

— Gracias. —sonrío— Me tengo que ir doctor, pero espero que podamos vernos otra vez. —le guiño un ojo antes de salir.

Me limpio la boca con el antebrazo y salgo casi corriendo de la oficina. La hora del almuerzo comienza y...

—¿La conseguiste? —pregunta Ricardo.

—Si. —digo— Tuve que besarlo, pero lo conseguí.

TÚ Y YOTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang