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VICTORIA
Agosto 17, Washington Estados Unidos.
—Nos vamos al culo del mundo, vamos a salir a despejar la mente. —dice Brooke apilando papeles.
—Vamos hacernos las uñas. —dice Ivanna.
—Yo necesito es pero un masaje de cerebro hasta el dedo mas pequeño de los pies. —habla Nicole y río.
—Bueno, entonces Spa para todas. —digo llegando a una conclusión.— En los últimos dias me he sentido extraña.
—Claro, vamos a relajarnos todas. —dice Vanessa y me abraza por detrás.
Y así lo hacemos, todas nos vamos después del comando Spa, me meto en el jacuzzi con Ivanna, hay musica suave, velas aromáticas sin ser muy fuertes, incienso y... es el paraíso.
—Así, wow... uh, woah... —dice Nicole y me río mientras le hacen el masaje.
Le ponen una mascarilla en la cara a Ivanna y tomo la tercera copa de champaña que me dan.
— Dijiste que te sentías rara. —dice Ivanna.
—Nada, debe ser alguna alergia. —digo.
—¿Segura? Alguien puede tomar tu lugar, no vaya a ser que una alergia sea una gripe al final. —me dice y niego.
—Ya me tomare algún té y se me pasara. —digo.
—Bueno. —dice sonriendo.
—Bueno, mejor que el té la champaña. —aparece Brooke metiéndose en el jacuzzi.
— Tienes razón. —río tomando otra copa.
Me paso un buen rato con mis amigas y cada una nos vamos a casa cuando terminamos. Me siento mas relajada, no tengo que negarlo, se siente bien que te mimen y aunque me sentí incomoda a la hora del masaje, si lo recibí, es como que mi cuerpo lo aclamaba.
Me voy a la cama decidiendo no pensar en nada.
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Agosto 18, en algún lugar de la antártica.
El avión militar aterriza entre las montañas frías y vacías, aún no he bajado del aeronave y ya todos mis huesos se están congelando, estamos en el culo del mundo, supongo que por eso los mafiosos se reúnen aquí a tomar el té o algo así.
Santiago despliega la pantalla en medio de la mesa, el holograma muestra imágenes del lugar en el que estamos y comenzamos con los rastreos y estudios.
Señala varios puntos, llevamos botas de nieve, un traje especial para mantenernos caliente y las armas están donde podemos alcanzarlas.
— Vamos a separarnos de dos en dos, tenemos que entrar ahí y buscar a uno de los contrabandistas más grandes de este mundo. —explica Nick.
Samuel está de pie frente a mi con los brazos cruzados y comienza a asignar las parejas. Apenas pude dormir anoche, las pesadillas siguieron repitiéndose en secuencia, Samuel está enojado conmigo como de costumbre, grita por todo y de Ricardo ni hablar, que no me dirige ma palabra y yo tampoco.
