CAPÍTULO 21

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VICTORIA

Agosto 9, Washington Estados Unidos.

Me muevo ligeramente sobre las sábanas, mi cabello cae de forma rebelde sobre mi cara y estoy recostada sobre algo duro. Levanto la cabeza un poco y me encuentro con la mejor vista que una mujer puede ver al despertarse.

Samuel Hoffmann.

Tiene el antebrazo sobre los ojos, el otro está envuelto en mi cintura y su torso está desnudo. Se ve tan calmado, su respiración es lenta y precisa, su cabello cae a los lados de su cara de forma desordenada y tiene una corta barba de dos días más o menos.

Apoyo mis manos en la cama sin moverme mucho, por primera vez me detengo a observarlo mientras duerme, siempre es al revés. —tiene el sueño pesado teniente— casi puedo escucharlo en mi cabeza. Su abdomen sube y baja de forma lenta, su piel blanca se ve como la nieve, su olor está en mis sábanas ligado con el olor a sexo.

¿Como puede ser tan atractivo?

Sus manos recorriendo mi cuerpo, su boca contra la mía, su fuerte voz y sus tatuajes, todo es como un rompecabezas perfecto que lo completan a él haciéndolo ver como la maravillosa reencarnación de un Dios griego o algo así.

  Mi corazón da un vuelco dentro de mi y suelto un poco de aire a modo de suspiro.

¿Suspiro? ¿Desde cuando suspiro yo?

Pensé que el acosador de ambos era yo. —dice sin moverse.

Su voz sale ronca pero tranquila, tomo una parte de la sabana tapando mi cuerpo desnudo, el quita su brazo y sus ojos se posan en los míos.

Ya quisieras. —digo restándole importancia.

Me siento sobre la cama y estiro un brazo, me siento en la orilla de la cama poniendo los pies en la alfombra, mis ojos viajan al ventanal del balcón, gotas de agua golpean el vidrio y la brisa hace silbidos naturales.

Me pongo de pie tomando el móvil en las mano, tengo un mensaje de Ricardo y una que otra notificación de mis redes sociales.

Ricky: ¿Podemos desayunar juntos?
                           
Eso fue hace una hora, giro levemente la cabeza y me encuentro con los ojos azules que ahora son claros mirándome, está sentado en la cama y su torso desnudo se ve maravilloso.

Vuelvo a mirar el móvil y tecleo una respuesta rápida:

¿Podemos almorzar? ¿Que tal el restaurante de comida japonesa que está por mi
casa?

Envío el mensaje y me pongo de pie, puedo sentir su mirada detrás de mi.

— ¿Nos damos una ducha o te quedarás ahí todo el día? —pregunto ladeando una sonrisa.

Él se pone de pie y solo tiene puesto los bóxers, el miembro se ve apretado en los calzoncillos negros, trago saliva y entro en el baño.

Ni siquiera me detengo a mirar mi reflejo en el espejo, ¿Para que?.

Entro en la ducha y abro el agua que cae fría, rápidamente me meto bajo el chorro helado y empapo mi cabeza. Paso las mano por mi cabello, siento su presencia detrás de mi, él agua cae sobre su cuerpo y salpica el mío, él posa sus manos calientes sobre mis hombros apretándolos ligeramente haciéndome sentir un escalofrío.

TÚ Y YOWhere stories live. Discover now