CAPÍTULO 17

221 12 2
                                    

- - ┈┈˃̶˂̶┈┈ - -

SAMUEL

AGOSTO 1 , Washington Estados Unidos.

Su imagen en la cama, esposada, expuesta y lista para mi es el mejor paisaje que he visto en años, después de sus hermosos y auténticos ojos grises.
Acaricio su pierna y ella se revuelca sobre la cama con solo mi toque, saco la verga que está loca por penetrarla y ella se muerde el labio inferior haciendo querer follarle la boca, mientras le doy duro por delante y por detrás.

Pongo ambas rodillas a los lados de su cuerpo y llevo el duro tronco a su entrada.

— Fóllame, quiero sentir, quiero sentirte. —musita y eso es música para mis oídos.

Entro en ella en una estocada, su rostro se contrae con dolor y luego alivio de por fin tenerme dentro. Comienzo a penetrarla y su coño aprieta mi polla llenándome de placer.

— Di Più! Mi fa impazzire! —jadea sin control. (¡Dame más! ¡Vuélveme loca!)

Taladro su coño y gruño, cuando atrapo sus labios en los míos, ella tira de mis labios y eso me hace terminar de perder los papeles como siempre. Doy un mordisco a su barbilla, la tomo de la cintura y le doy varios azotes que la llevan al límite.

— ¡Dímelo! —le grito.

Ella pone los ojos en blanco y luego vuelve a mirarme.

— Soy toda tuya, solo tuya. —jadea de forma descontrolada.

  El sonido del móvil me saca de mi profundo sueño, aprieto los ojos con fuerza cuando la luz entra por los grandes ventanales. Me siento con rabia sobre la cama y tomó el móvil: Oriana.

Maldita sea.

Deslizo el dedo contestando la llamada.

— ¿Qué quieres? —pregunto enojado.

— Buenos días, ¿Como has dormido? Ni siquiera se por que pregunto se que me haz extrañado. —dice con seguridad mas para ella que para mi.

Estúpida.

— ¿Qué quieres? —vuelvo a preguntar.

Me muevo incomodo con la inminente erección que proviene de mi entrepierna. —maldita italiana malcriada— pienso.

¡Qué humor! —dice de forma sarcástica— Llamo para avisarte que voy a llegar a Washington en tres días. —explica.

—No pregunte. ¿Que quieres? —vuelvo a preguntar enojado.

Bueno, quiero que... que organicemos la boda Samuel. —dice.

Rodeo los ojos y me pongo de pie.

—  Y ¿Qué tengo yo que ver? —pregunto hastiado.

Bueno, es cosa de dos... nos vamos a casar Sami... y bueno yo quiero que vayamos a probar pasteles de boda, ver restaurantes, lugares y la iglesia. —explica.

Rodeo los ojos.

— Oriana, tengo muchas cosas que hacer. —digo y cuelgo el teléfono antes de que pueda decir cualquier otra estupidez.

Me meto bajo el agua fría de la ducha intentado calmar la erección entre mis piernas, el agua fría recorre mi cuerpo y comienzo a pajearme pensando en ella: En sus ojos grises, en su perfecta figura, sus labios, en su apretado y complaciente coño.

TÚ Y YOWhere stories live. Discover now