¿Serás Tú? || Markson | Omegaverse ||

Capítulo 1. Destino

— ¿Tu...me amas? — Preguntó el pelirrojo recostándose un poco hacia atrás, descansando su peso en el contrario.

— ¡Por supuesto que sí! — Contestó el castaño casi de inmediato abrazándolo y colocando su mentón sobre su hombro — No tienes ni que preguntarlo. ¡Te amo muchísimo! — Exclamó para luego darle un ruidoso beso la mejilla que hizo sonreír al otro.

El cómodo silencio se apoderó del momento mientras ambos observaban juntos el atardecer.

— Jackson...

— ¿Si?

— ¿Me amarías incluso si mi simple existencia terminara complicando tu vida? — El castaño arqueó una ceja, extrañado por la pregunta y luego rió.

— ¿Como podrías tú complicar mi vida Markie? — Mark giró repentinamente y mordió sus labios mientras Jackson acomodaba su mechones rojos detrás de sus orejas — No hay forma en que tú pudieras hacer eso — Le susurró, abrazándolo nuevamente. El pelirrojo no dijo nada, solo suspiró con tristeza y clavó su mirada en el piso.

🥀🥀🥀

"Doctor Wang, por favor diríjase a la sala de emergencias".

Jackson abrió los ojos al escuchar su apellido a través del altoparlante. Miró alrededor aún medio atontado. Se había quedado dormido en su oficina en el hospital. Había estado revisando algunos historiales médicos hasta que el sueño le ganó.

— Mark... — Susurró y luego suspiró. Hacía tanto que no soñaba con aquellos tiempos donde había sido tan feliz.

Se estiró en su asiento para luego levantarse y acomodar su uniforme antes de salir de la pequeña habitación. Caminó a paso ligero por los corredores blancos y relucientes del hospital hasta llegar a donde se requería su presencia.

Al entrar había un pequeño niño de aproximadamente seis años. Su cabello era entre castaño y anaranjado. Sus ojos eran color caramelo, pero estaban enrojecidos al igual que su nariz debido a que se notaba que había estado llorando. Había algo un poco familiar en ese niño, como si lo hubiese visto antes.

— ¿Qué le sucedió?

— ¡Doctor Wang! — Dijo uno de los enfermeros con alivio — El paciente fue ingresado debido a un fuerte dolor en el área abdominal.

— Entiendo — Dijo Jackson mirando la cara pálida del niño que seguía llorando — ¿Ya llamaron a sus familiares?

— Si, solo tenía un número de contacto. Su padre dijo que saldría del trabajo lo más rápido posible.

— Ya veo, ¿Tiene vómitos? ¿Qué hay de sus deposiciones?

— Por ahora no hay vómitos ni nada fuera de lo común, solo el dolor abdominal perenne.

— ¿Cuál es su edad y su nombre?

— Seis años, Jackson Tuan.

— ¿Jackson Tuan? — Jackson se quedó un momento en silencio. Era una curiosa coincidencia que el niño tuviera su nombre y el apellido del que él creyó el amor de su vida. Negó con la cabeza sonriendo de medio lado.

— Lleva llorando desde que lo ingresaron y usted es muy bueno con los niños, por eso solicitamos que venga.

— Está bien, déjenmelo a mi — Guiñó un ojo mientras sonreía. Las enfermeras y enfermeros dejaron escapar algunas sonrisitas mientras Jackson se acercaba a la cama donde yacía el pequeño.