¿Serás Tú? || Markson | Omegaverse ||

Capítulo 9. Rienda suelta

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Jackson sonrió como tonto pero al instante volvió en sí mismo y con delicadeza quitó los brazos de Mark de alrededor de su cuello.

— Mark, tienes que tomar est-.

— ¡No quiero! — Respondió el pelirrojo pasando una de sus piernas sobre las de Jackson para sentarse en su regazo. Colocó sus brazos a los lados de su cabeza atrapando al alfa entre su cuerpo y el respaldar del sofá.

— M-Mark, T-tienes que tomarlo — Tartamudeó con nerviosismo el alfa. La posición hacía que tuviera una vista completa del esbelto cuerpo del pelirrojo bajo el ceñido calentador.

— No~ — Respondió Mark casi como cantando y pegó su frente a la del castaño. Jackson dejó salir una temblorosa exhalación. El omega estaba hirviendo y su aroma se empezaba intensificar — Oye ¿No tienes calor? Creo que deberías quitarte la ropa también — Mark sostuvo la basta de la camiseta de Jackson e intentó subirla para quitársela.

— ¡Mark para! — Gritó Jackson dejando caer las pastillas mientras trataba de evitar que el omega cumpliera su misión de quitarle la ropa — ¡Es invierno! ¡Tu tienes calor porque estas en celo!

— ¿Celo? — Preguntó Mark parpadeando y poniendo cara de inocente. Sus mejillas estaban sonrojadas y su cabello revuelto. Se veía bastante tierno.

— Si, estás en celo. Tu normalmente no eres así. Tienes que calmarte y recuperar tu conscien-

Jackson no tuvo tiempo de reaccionar cuando el pelirrojo tomó el cuello de su camiseta y le estampó un apasionado beso en los labios. El castaño se quedó tan inmóvil como una estatua mientras el contrario movía con desesperación sus labios sobre los suyos. Él había llegado a escuchar que a veces algunos omegas experimentaban esa pérdida de consciencia de su verdadero yo y se volvían puro instinto, pero nunca lo había visto o conocido algún caso cercano. Hasta ahora. Mark estaba completamente fuera de sí. Irreconocible. El instinto del omega había tomado posesión de él y le exigía que se "apareara" con aquel alfa viril, fuerte y saludable que podría satisfacer en su totalidad sus necesidades como omega e Incluso tal vez anudarlo y darle un hijo. Aunque eso ya lo había hecho.

Jackson cerró los ojos y se dejó arrastrar por los candentes besos del pelirrojo como si fuera un intenso oleaje. El alfa rodeó la cintura del omega y lo atrajo hacia su cuerpo, haciéndolo jadear en aprobación. Mark ladeó ligeramente su cabeza y abrió la boca para profundizar el beso. Jackson hizo lo mismo. El pelirrojo seguía teniendo ese sabor dulce y adictivo. Sus labios seguían siendo tan suaves y carnosos como hace seis años. Con delicados pero firmes movimientos, el castaño empezó a acariciar delicadamente la estrecha cintura y la espalda de Mark en movimientos circulares. Deslizó sus manos hasta acunar sus nalgas y las apretó haciendo gemir al pelirrojo. El sonido hizo a Jackson abrir los ojos.  Reaccionó y se dió cuenta de lo que estaba haciendo.

Eso estaba mal. Él amaba a Mark con toda su alma y por esa razón sentía que debía detenerse. Recobró su autocontrol y se separó del omega que gimoteo al momento en que sus labios perdieron el contacto de los del alfa.

— No deberíamos — Dijo el castaño con voz ronca.

— ¿Por qué no? — Preguntó Mark haciendo puchero.

— Porque me odiarás cuando recuperes tu consciencia .

— ¿Yo? — Dijo Mark pasando su dedo índice por los pectorales del alfa coquetamente mientras lo miraba con una sonrisa coqueta — ¿Cómo podría odiarte? — Pellizcó suavemente el pezón del alfa sobre la tela.

— Lo... harás — El castaño jadeó.

Jackson había estado junto con Mark cuando experimentó su primer celo y los siguientes, durante más de 5 años. El omega siempre había actuado tímido y nervioso. El castaño se sorprendía de hecho, de que a pesar de que Mark se avergonzaba de la mayoría de cosas, no se molestaba con él cuando lo empujaba a hacer travesuras.