Capítulo 18. Justo aquí, justo ahora

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Jackson sonrió mientras observaba como torpemente Mark trataba de desabrochar su cinturón .

— Mark — Lo llamó, poniendo su mano sobre la que el pelirrojo estaba utilizando para tratar desabrochar la hebilla. Al tocarlo Jackson pudo notar que la piel del contrario estaba realmente caliente — Mark... — Llamó nuevamente, esta vez acunando su igual de cálida mejilla. El pelirrojo levantó su mirada. Tenía un ligero rubor tiñendo su rostro, sus labios estaban enrojecidos e hinchados debido a los besos y el cabello lo tenía todo revuelto. Además la enorme camiseta color melocotón que llevaba y le colgaba solo de un hombro le daba un aire sexy y juvenil. Jackson sonrió, peinando los mechones del omega hacia atrás. Mark arqueó una ceja en inclinó su cabeza con confusión ante la risa del contrario.

— ¿Qué es tan gracioso? — Preguntó. Jackson negó, tomándolo fuerte por la cintura y atrayéndolo a él. Mark ahogó un grito por la sorpresa cuando quedó prácticamente nariz con nariz frente al castaño — Solo estoy feliz de estar contigo aquí — Mark parpadeó y se ruborizó aún más de lo que ya estaba. Recostó su frente en el hombro de Jackson. La punta de sus orejas estaban rojas — Me gusta cuando te sonrojas, Mark — El pelirrojo no dijo nada. Podría estar bajo los intensos síntomas del celo pero aún seguía consciente, por lo que no podía evitar sentirse avergonzado. Jackson se acomodó en el piso pegando su espalda en la parte inferior del sofá mientras Mark seguía sentado sobre su regazo. Esta vez metió sus manos debajo de la enorme camiseta y las colocó sobre los tersos glúteos del mayor para volverlos a apretar. Sonrió al ver el pequeño sobresalto del omega que apretó la tela de su camisa con sus puños — Mark, mírame — Susurró en su oído.

El celo hacía al pelirrojo mucho más dócil, quizá en unos días se abofetearía por eso pero en ese exacto momento si Jackson le decía que lo quería amarrar para azotarlo el lo aceptaría con mucho gusto.

Mark levantó su rostro lentamente, mientras aún mantenía su agarre en la camisa del castaño. Jackson colocó su mano detrás de su nuca y tiró de él para volver a unir sus labios en un hambriento beso. Los labios del omega eran tan suaves y carnosos. Jackson incluso podría jurar que su saliva tenía un delicioso sabor dulce. El castaño tentó los labios de Mark con su lengua y el omega inmediatamente los separó un poco para permitir el acceso de la aventurera lengua del contrario. El pelirrojo podía sentir como involuntariamente su entrada se lubricaba y se preparaba para recibir al alfa. Era su naturaleza. Lo quería. Lo necesitaba. Su cuerpo se tornaba más y más caliente, impaciente por más que solo los intensos besos y las caricias apasionadas que Jackson le estaba dando. El omega de Mark quería sexo y lo quería ya. Puso sus manos en el pecho del contrario y lo empujó levemente mientras su respiración estaba agitada.

— N-no es que no me guste que me beses o algo por el estilo...p-pero duele y si no te tengo dentro mío en los próximos cinco minutos siento que voy a explotar — Murmuró frunciendo un poco el ceño.

Jackson sonrió con diversión y tomó la basta de la enorme camiseta de Mark. El pelirrojo alzó los brazos pensando que iba a quitársela pero él la puso a la altura de la boca del mayor. El pelirrojo lo miró sin entender y bajó los brazos.

— Abre — Dijo Jackson en un tono casual.

— ¿No quieres que mejor me lo quite? — Mark realmente no entendía. El castaño negó.

— Esta camiseta. Era mía ¿No? — El pelirrojo se sorprendió de que la reconociera. Si. Era suya. Estaba gastada por el uso y las lavadas. Mark asintió y Jackson puso la sonrisa más enorme que podía en su rostro  — Lo sabía. No quiero que te la quites. Sostenla con tu boca — Insistió. El pelirrojo parpadeó mirando la tela pero finalmente accedió, sosteniéndola con sus dientes, exponiendo su pecho, su vientre y su miembro erguido a merced del alfa. El contrario se quedó observándolo, quizá por más tiempo del debido porque hizo a una pequeña parte de Mark sentirse nervioso. Él ya no era tan lindo como solía ser. Tenía estrías en cada centímetro de la piel de su abdomen y estaba tan delgado que se podían ver sus costillas. Instintivamente intentó cubrirse con sus brazos pero el castaño lo detuvo, agarrándolo de las muñecas y estirando sus brazos detrás de su espalda. Mark se quejó un poco por el brusco movimiento, dándole una mirada entre sorprendida y avergonzada al contrario mientras el otro le sonreía y lo miraba con tanto amor, deseo y lujuria que el pelirrojo pensó que se derretiría si lo seguía mirando así. Jackson mantuvo las manos de Mark detrás de su espalda y las sostuvo con una sola mano de las suyas. Con la que estaba libre tiró del pelirrojo hacia adelante para depositar besos sobre toda la extensión de su pecho y abdomen. Mark cerró los ojos y dejó salir una respiración temblorosa.

¿Serás Tú? || Markson | Omegaverse ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora