Capítulo 7. Un paso a la vez

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— ¡¿Jackson?! — Exclamó Jaebeom al ver a su amigo entrar en la salita de estar de los médicos con cara de cachorro abandonado — ¿Trabajabas hoy? — Preguntó con confusión

— No — Respondió el castaño acompañando sus palabras con un lastimero suspiro.

— ¿Y qué haces aquí? — Jackson abrió la boca para decir algo pero Jaebeom lo interrumpió — ¡No me digas! Déjame adivinar... ¿Mark? — El alfa no respondió, solo asintió e hizo puchero — ¿Que pasó, Jack?

— ¡Ya no sé qué más hacer! — Se quejó Jackson dejándose caer pesadamente en la silla que estaba frente al escritorio donde estaba su amigo.

— ¿Estas intentando ganarlo a través de su hijo?

— ¡No! ¡Claro que no! Los regalos que le llevo a Jack no tienen nada que ver conmigo tratando de recuperar a Mark. Eso lo hago porque el niño es muy lindo y me agrada. Tiene una bonita sonrisa y personalidad... Quisiera cuidarlo como si fuera mío — Jaebeom tuvo que morderse la mejilla interna para no decirle que esa sonrisita era idéntica a la suya.

— Tu pareces agradarle bastante a Jack.

— Lo sé y es genial, a diferencia de a Mark. ¡Es tan confuso! A veces siento que me mira como lo hacía antes, con sus bonitos ojos llenos de cariño y otras siento que me mira con cara de haber lamido un limón agrio.

— Jackson... — Susurró el otro alfa poniendo una mano en la espalda de su amigo para darle ánimos. Le picaba la lengua por decirle al castaño sobre lo que él había descubierto, pero todavía creía que no era algo que el debía hacer.

— Estoy intentándolo, pero no sé por qué me rechaza de ese modo. ¿En qué momento lo lastimé tanto como para que no quiera volver a verme nunca más? ¿Hice algo mal mientras salíamos? ¿Le dije algo hiriente sin darme cuenta?

— Amigo, nada ganas sobre pensando las cosas de esa manera. Deberías ir a descansar, ayer te quedaste de amanecida y debes estar agotado — Jackson pasó una mano por su propio rostro y respiró profundamente para después exhalar — Dale un tiempo, seguro el aún está confundido.

— ¿Y ese repentino cambio? — Preguntó Jackson — ¿No me dijiste que mejor lo dejara ir?

— Olvida eso. Por ahora creo que lo mejor es que vayas a descansar... —  Dijo Jaebeom. Jackson pasó una mano por su cabello para alinear sus marrones mechones hacia atrás.

— Tal vez tienes razón — Murmuró el castaño con voz triste.

— Vamos, te acompaño a la puerta.

🥀🥀🥀

Mark se sentía mal. Tal vez y solo tal vez no debió haberle dicho esas cosas a Jackson, mucho menos sabiendo que Jack, su hijo, podía oírlos desde dentro de la habitación. Quería decir lo siento. Sentía que debía decir lo siento, pues la manera en la que se comportó después de que el hombre lo hubiera ayudado tanto no fue de lo más cortez, pero eso no quitaba que aún así tuviera miedo de acercarse demasiado a Jackson y que luego ya no pudiera volverse a alejar.

Mark subió corriendo hasta la azotea. Debido a que el clima estaba frío no había gente alrededor. El viento helado que soplaba hacia bailar sus mechones rojos en distintas direcciones. Mark Corrió hacia el barandal y lo aferró fuerte. Desde ese lugar se podía ver casi toda la ciudad. El pelirrojo llenó sus pulmones de aire y justo cuando estuvo a punto de gritar una leve risita lo hizo girar.

— ¿Aún sigues gritandole a la nada? — Dijo el hombre que estaba parado a unos centímetros de él. Mark se sonrojó. Durante sus días de universitario él solía subir a la azotea de su facultad para gritar a todo pulmón cuando estaba muy estresado, en especial durante la época de exámenes o cuando discutía con Jackson. Jaebeom llevó el cigarrillo que tenía sostenía entre sus dedos a sus labios para absorber el humo y luego dejarlo escapar — Esa tarde cuando te encontré en los baños y estabas vomitando, era porque estabas embarazado ¿No?

¿Serás Tú? || Markson | Omegaverse ||Where stories live. Discover now