¿Serás Tú? || Markson | Omegaverse ||

Capítulo 24. De vuelta a clases

Volver a la universidad a sus veintisiete se sentía surreal. Si alguien le preguntaba a Mark si sentía fuera de lugar, la respuesta sería definitivamente un si. El pelirrojo se quedó un momento contemplando las enormes letras blancas que deletreaban el nombre de la universidad estatal que estaba al otro lado de la acera.

— ¿Papi?— La voz de Jack lo hizo reaccionar. El pequeño señaló el gigantesco edificio que tenían frente a ellos — ¿Esta es tu escuela?

— Hmm... Es como una escuela pero no es una escuela — Dijo Mark sonriéndole a su hijo — Se llama Universidad.

— Ohhhh — Exclamó el pequeño con asombro mirando hacia el piso más alto del edificio — ¡ES ENORME!

— Si, lo es — Mark no pudo evitar reír. Mientras miraba a ambos lados de la calle para cruzar.

El pelirrojo había tenido que llevar a Jack con él pues Yugyeom lo había llamado más temprano disculpándose porque lo habían llamado de último momento diciéndole que tenía que ir urgentemente a trabajar y no iba a poder recogerlo.

— ¿Yo también tengo que ir a la universidad? — Preguntó Jack mientras llegaban a la otra acera.

— Bueno, eso depende de ti, cielo, pero primero debes terminar la primaria y luego la secundaria.

— Falta mucho para eso — Dijo Jack en un suspiro y luego se soltó de la mano del pelirrojo y corrió hacia la entrada.

— ¡Jack, espera!

El cuerpo de Jack se detuvo en seco al ser atrapado por un guardia alto y corpulento que lo detuvo justo cuando iba a cruzar la entrada. El pequeño se quejó por el fuerte agarre del hombre mientras miraba a su padre con ojos aterrorizados. Mark inmediatamente frunció el ceño y apretó fuertemente los puños caminando a paso rápido hacia ellos. Al ver a Mark el hombre soltó al niño y este corrió para esconderse detrás de las piernas de su padre.

— ¿Por qué hizo eso? — Preguntó el pelirrojo realmente enojado. El hombre rodó los ojos.

— ¿Va a ingresar con el niño — Preguntó ignorándolo.

— Si ¿Por qué? ¿No puedo? — Respondió Mark casi echando chispas.

— Por razones de seguridad, no podemos dejarlos ingresar.

— ¿Qué? Esto tiene que ser una maldita broma — Era de las cosas más estúpidas que Mark había escuchado — ¿Razones de seguridad? ¿Qué de malo podría hacer un niño de tan solo seis años? — Mark tomó la mano de su hijo e intentó pasar al hombre por un lado pero este se interpuso frente nuevamente.

— No puede ingresar con el Niño— Repitió el guardia.

— Quítese de mi camino — Dijo apretando los dientes. El rostro de Mark se puso rojo, estaba a punto de perder la paciencia.

— No puede ingresar.

— ¡Tengo clases en quince minutos!

— Ese no es mi problema — Dijo el guardia encogiéndose de hombros. Mark apretó los puños tan fuerte que sus nudillos se empezaron a poner blancos. Si el hombre quería pelea se la daría.

— Papá... — Susurro el Jack con voz temblorosa mientras apretaba la tela del pantalón del pelirrojo llamando su atención. Mark giró su mirada y notó como Las lágrimas rodaban por las pequeñas mejillas de su hijo. Había olvidado lo sensible que era Jack a su alrededor. Respiró hondo y suspiró tratando de calmarse. Se giró y se puso de cunclillas a la altura del pequeño. Con la manga de su chaqueta limpió los ojos llorosos del pequeño y lo abrazó.

— ... Lo siento — Susurró el pelirrojo acariciando el cabello del pequeño — ¿Te asustaste? — Jack hizo puchero y asintió.

— No pelees — Pidió el Niño en tono bajito. Mark pegó su frente a la del pequeño