Toda la comunidad estaba preparando todo para esta noche. Algunos adornaban los arboles, barandales y puertas, para darle a la comunidad un toque más "magico" y olvidar todas las mierdas que hay fuera.
Me gustaba ver la ilusión de los niños, mientras corrían en la poca nieve que recién estaba cayendo, vestidos con esos suéteres que te obligan a rascarte cada un milisegundo. Me sentia como si yo estuviera viviendo ese momento.
Estaba sola en el porche, tomando mi chocolate caliente envuelta en mantas y con doble ropa abajo.
—¡Hey!— un grito me saco de mis pensamientos. Mire a todos lados pero no lograba ver de donde provenía. —¡por acá!
Beth estaba gritándome desde la ventana de Enid. Parecía que estaba peleando contra ella para que esta no se acercara y evitar que le diera asma por el frio.
Es muy feo que no podamos jugar a hacer monitos de nieve. Nunca había hecho uno, así que probablemente es mi sueño y meta frustrada.
—¡Ven, necesitamos enseñarte algo!
Intente entrar pero la puerta estaba cerrada. Me devolví a la ventana.
—¡Ábreme!— uní mis manos al rededor de mi boca, y vocifere.
La rubia se volvió a asomar por la ventana, ahora acompañada de un Elliot maquillado, y un Kate con un moño de regalo en su cabeza.
—Sube por la ventana, te ayudaremos.
Y ahí estaba la estúpida que le tiene miedo a las alturas, subiendo y temblando hasta las nalgas por el frio.
Debí amarrarme la manta antes de hacer esto.
Caí de rodillas al suelo, justo frente a las botas de la castaña. Mire su rostro, pero mi mirada me traiciono porque esta vago a la prenda que portaba.
