—Enloqueciste, la verdad— me miraba con una sonrisa burlesca en su rostro, mientras preparaba el arete de mi oreja. —no te vas a perforar el labio.
—¿Por qué no?
Beth nos miraba desde el otro lado del estante, con un recipiente de alcohol en sus manos. Ellie negaba la cabeza aún sonriente al estar un poco fastidiada por escucharme hablar sobre lo feliz que estaba.
—Alguien te puede golpear, y eso haría que te arrancarán el labio— fruncí el entrecejo cuando el alcohol helado tuvo contacto con mi piel. —no seas exagerada.
No teníamos ni al rededor de dos horas aquí y ya todas estábamos perforadas.
La noche ya había llegado, al igual que el frio que te abriga después de un día caluroso en el
verano. Era hora de que nos fuéramos a la caballa para prevenir en caso de que volviera a pasar lo de la otra vez; no podemos llevar a una herida más en bicicleta.Refunfuñando me levante de la mesa e intente perforarme yo sola. Ellie se dio cuenta de la situación que tuvo que sacarme a rastras del espejo sucio del baño.
—No lo harás.
—Recuerda que no eres mi mamá.
—Pero— me quitó el arete de la mano. —te quiero como si lo fuera, así que no dejare que te desgracies el labio. Nunca sabes cuando volverás a ser golpeada por mi.
—¿Yo golpeada por ti? ¡Ja!
Verlas sonreír me alegraba el día, e incluso la existencia. Porque gracias ella, sigo adelante.
Me fui a tirar encima de la rubia que se encontraba en el suelo con periódicos en la cabeza para acolchonar su descanso. Se encogió de hombros al sentir todo mi peso caer de golpee.
—Deberíamos ir a la cabaña— sugirió en un tono insistente. —me estoy muriendo de sueño.
════ ❁ཻུ۪۪⸙͎ ════
ᴇʟʟɪᴇ ʜᴀᴅᴋɪɴꜱ════ ❁ཻུ۪۪⸙͎ ════
Lo más correcto sería ir a la cabaña, pero el clima no estaba favoreciendonos cuando una llovizna fuerte se vinó, acompañada de truenos. Me oculte detrás de la estantería de libros, tapandó mis orejas con mis manos implicando fuerza.
ČTEŠ
UNEXPECTED | ENID RHEE
Fanfikce'• ❁ཻུ۪۪⸙͎ 【 💀 】 𝘏𝘢𝘤𝘦 𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰 𝘢ñ𝘰𝘴, 𝘶𝘯 𝘷𝘪𝘳𝘶𝘴 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰 𝘢𝘵𝘢𝘤ó 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘪𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘰𝘴 𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘦𝘳𝘢𝘯 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷𝘰𝘴. 𝘊𝘳𝘦í𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘳𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘭𝘢𝘴 ú𝘯...