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El olor a chocolate caliente, invierno, arboles recién talados y el rico pavo en la cocina, era tan nostálgico para todos.
Aunque bueno para mi; me hacía olvidar todo lo que había pasado hace unas horas.
La mayoría de la comunidad se encontraba aquí, todos arreglados con sus suéteres, vestidos y gorras en caso de que vuelva a nevar.
Deje mi saco en la mesita de noche y sacudí mi vestido rojo lleno de nieve que me había tirado Carl en el camino. El color de nuestra casa era rojo, por lo cual todos los que la habitaban, estábamos vestidos con una prenda de ese color.
Kala portaba una falda negra con un suéter de cuello alto, botas altas y un toque de labial rojo. En cambió yo, tenía puesto un vestido rojo de manga larga con escote de "v" y mis botines negros de siempre.
Niños corrían por los pasillos con los regalos que les hacían los demás o los conseguían en sus viajes en busca de provisiones.
Los pies de los pequeños chocando con el frio suelo, era todo lo que lograba escuchar.
Repetía en mi mente una y otra vez, las dudas que tuve que no pudieron ser resueltas. Repetía justo el momento en el que me confesó que sintió celos por mí y por ello se comportó de esa manera; pero que toda esa repulsión fue disfrazada por un amor prohibido, un amor que no cree que pueda ser correspondido.
Tome una bocanada de aire antes de adentrarme a la cálida sala de estar. Mis botas dejaron de rechinar en el momento que estas pusieron un pie en la alfombra de lana.
Las miradas de los demás estaban centradas en nosotros, y por primera vez en mi vida, no me importo en absoluto. Porque lo único que estaba en mi mente en este momento, era ella.
Aunque intentara olvidar ese tema para divertirme hoy. No lograba olvidar su tacto en mi mejilla, ni sus ojos que parecían dos esmeraldas. La forma en que arruga su frente cuando le molesta algo. Su sonrisa... esa maldita sonrisa.
Nunca imagine que ese estomago revuelto que sentía cuando la miraba pasar, era porque tenia una atracción por ella. Y el saber que la veré de nuevo, me jodia en el alma.
