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Sonidos de bala por doquier. Nunca me imaginé que estaría peleándome a muerte contra mi padre.
Las llamas eran cada vez más intensas, y el humo se propagaba demasiado rápido, eso me hacía marearme y ahogarme mientras intentaba encontrarlo antes de que él me mate. Mis ojos ya no podían más, sentía que en cualquier momento me caería de rodillas y moriría; muy dentro de mí sabía que esto no debía de ser así, tenía que obtener mi gran venganza.
Disparé a todas partes, deseando que cualquiera de esas balas se atravesaran en su camino.
Por mala suerte, me percaté que me había quedado sin municiones, me quejé a lo bajo y corrí hacía las escaleras de aquel lugar que le llamaba hogar, busque balas por doquier, aunque eso no servía de nada.
Ya cuando estaba resignada, y yo caminaba de regreso a abajo para encararlo nuevamente, el techo cayó frente a mí, prohibiendo el paso a cualquier salida.
No quiero morir, no ahora.
Solo se encontraba una habitación sin fuego tan intenso como los demás, tenía que saltar a aquella ventana si quería seguir con vida. He saltado de lugares más altos, eso lo tengo muy claro, pero hoy por alguna extraña razón, tengo miedo de hacerlo.
—¡Elisa! —escuché la voz de Newt abajo, realmente se le escuchaba desesperado, ni idea si sea por su gran necesidad de matarme o la de encontrarme. —No debemos hacer esto, sal, dime que sigues con vida.
Esa voz se escuchaba como un padre preocupado por su nenita; mi corazón no se ablando ni un poco al escucharlo de tal manera, pero estoy segura que mi yo de hace meses tal vez sí.
Solté una bocanada de aire antes de echarle un último vistazo a la puerta y la ventana, me colgué mi mochila en mi hombro, abrí la ventana y saqué la cabeza; un alivio fue recorriendo en mi cuerpo al encontrarme a Carl a salvo, con Michonne.
¿Y Rick?
—Al carajo.
Salté antes de que fuera demasiado tarde.
Mi espalda tronó en el momento que esta se impacto con el suelo de concreto, creí que eso sería un impedimento para ponerme de pie.
