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—¿Están listas? —Lada era el ayudante de mi padre, el cual estaba justo detrás de la puerta donde me encontraba con Kala.
Llevamos aproximadamente una semana viviendo en la cueva de los perks. Hace una semana mi padre y uno de mis mejores amigos murió, desde entonces no he podido derramar una sola lagrima a causa de los abusos de Newt.
Lada ha estado ayudándonos desde entonces, él es más agradable que todos, incluso no ha dejado de dejarme dibujitos debajo de mi almohada desde que llegué aquí. Todos siempre vienen con palabras de aliento y un "lo siento por lo sucedido".
Me puse la mascara morada con negro encima, mi traje morado y mi capucha que me ocultaba hasta el mínimo detalle. Pese a que ya todos los perks y salvadores me han visto, Newt nos ha dado la orden de usarlas, excusandose a que ellos tarde o temprano las olvidaran.
Hoy era el día de la selección de comunidades. No sé que retos nos pondrán, ni que es lo que debamos hacer, el único conocimiento que tengo acerca al tema es que la que gane, podrá elegir su bando.
Estaría bien por mi parte no escoger uno.
Me giré a Kala, asegurándome de que todo su cuerpo estuviera cubierto. Por más que lo odiara, cada mínima exhibición de nosotras es un boleto directo al calabozo, donde nos podían obligar a pelear contra caminantes o gente realmente peligrosa.
—¿Ya? —pregunté, insegura.
—Sí, solo no lo sé... No me siento bien.
—¿Qué sucede?
Me acerqué a ella y le tomé del brazo, ella se inmutó a hacerlo.
—Lo siento por lo de Glenn y Abraham...
No sé en que momento lo hice, pero me aleje de ella, con lagrimas finalmente escurriendo por mis mejillas, aunque ella no las estuviera viendo.
Desgraciadamente, Lada volvió a tocarnos la puerta.
—Perdón por apurarlas, solo que es hora de que salgan antes de que su padre entre por ustedes —murmuró.
—Él no es nuestro padre —no me inmuté ni un poco, incluso alzé la voz lo suficiente para que me escuchara.
