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═══ ❁ཻུ۪۪⸙͎ ════ ᴇʟʟɪᴇ ʜᴀᴅᴋɪɴꜱ ═══ ❁ཻུ۪۪⸙͎ ════
El frio de esta mañana me eriza la piel. Ni mil sudaderas lograban quitarme estos escalofríos, como si estuviera a punto de enfermarme.
Tenia planeado ir a agradecerle lo de la sudadera a Enid, aunque temía ocasionarle problemas con su novio.
Me puse su sudadera encima, con la chaqueta y la gorra. Después de ir a hablar con ella, iría a la enfermería para que Denisse me de un medicamento y así evitar enfermarme de una peor manera.
La puerta de mi habitación se abrió, sobresaltandome.
—Hola, hola— me gire en mis talones, viendo al coreano llegar con su cachucha, y en sus manos una bolsa de supermercado. —¿puedo entrar?
Asentí. El entró, sentándose en la cama mientras me veía arreglarme en el espejo del baño.
—Tengo algo para ti, en esta bolsa. Lo siento si no te lo di antes, es que estaba buscando la correcta para ti.
Sonreí a través del espejo, y me acerque a el tomando asiento a su lado. A penas lo hice, el me abrazo por la cintura con su cabeza pegada a mi pecho; estaba apenado al ver mi reacción.
—Que bonita bolsa— bese su cabeza. —A ver, a ver.
Metí mi mano, e inmediatamente sentí una cosa dura y fría. La saque de esta, con el corazón a mil por hora, temblando de nervios.
—Se que no es mucho, pero quise ser original.
Divisé esa pequeña piedra en forma de corazón en mis manos. —¡Oh, por dios!
Mi corazón se achicó al leer las dos palabras que estaban plasmadas con marcador negro.
