NADA ES GRATIS. - FanFic adulto Chilumi / Tartaglia /Lumine

𖧷 Capítulo 6 𖧷

Ambos se detuvieron en la entrada de la fábrica.

— Ya se que el dicho exclama "las damas primero" pero princesa, déjame entrar a mi primero, si?

— Tartaglia, de verdad, muchas gracias. No voy a olvidar nunca el favor que me hiciste sin pedir nada a cambio.

— ¿Sin nada a cambio? — sonrio el Fatui. — De verdad creías que mi ayuda monetaria te iba a salir gratis?

La sonrisa de Lumine se esfumó, iba a tardar muchísimos años en juntar esa suma de dinero.

— Está bien, por más que seas rico, es tu dinero. No puedo oponerme. Pero te pido que me tengas mucha paciencia, tardaré años en juntar esa cifra.

— ¿Quien dijo que quería que me devuelvas el dinero? — le susurro el Fatui, acercándose a la viajera y tomándola por el mentón para verla a los ojos — No necesito el dinero.

— ¿Entonces qué quieres? — comento enojada Lumine, apartando la mano del Fatui

— Te quiero a ti.

Lumine se aparto, ¿cómo que la quería a ella?. Se lamento por ser tan ingenua, no sabe que le hacía creer que Tartaglia estaba en sus cabales.

Sea lo que sea que el Fatui quiera, no debe ser nada bueno.

— Me imagino que sí me niego, no me darás el dinero, verdad?

— Exactamente.

— ¿Que quieres? ¿Quieres volver a pelear, no? Eres taaaan predecible — exclamó Lumine girando los ojos para arriba.

— Siempre quiero pelear, pero está vez quiero algo distinto de ti.

— Escupelo ya, que quieres de mi?

Tartaglia se acercó a ella, susurrándole al oído:

— Por dos semanas, quiero ser tu dueño. Quiero que hagas todo lo que yo te ordene.

A Lumine se le puso la piel de gallina. ¿A qué se refería con ser su dueño?

— Déjame que te explique, pincesa— comento Tartaglia acariciando el cabello suave y rubio de la viajera — Estoy muy solo, lejos de mi tierra, Zhongli es buena compañía y lo aprecio mucho, pero en mis días libres me aburro, y hay cosas que no le puedo pedir. Tengo una propiedad en la Pendiente Tsuijue, después de arreglar estos asuntos con Dottore, me acompañaras, aceptas?

A Lumine le empezó a doler la cabeza. Tenía dos opciones, tenía que elegir entre enfrentarse a Dottore sabiendo que las probabilidades de vencerlo son nulas, o, optar por el trato de Tartaglia.

— Encima tienes el tupe de llamarlo demente a Dottore cuando tú eres igual — vocifero Lumine enojada.

— Si estar aburrido y precisar compañía es un crimen. Me declaro culpable.

— Está bien, acepto tu trato, pero paimon se preocupara, y todos en Mondstadt también. Tenemos que ir primero hacia allí a avisar que estoy fuera de peligro. ¿Paimon puede unirse a nosotros esas dos semanas?

— Por supuesto que no. Solo estaremos los dos a solas. Pero por eso quedate tranquila, escríbele una carta, dime dónde está alojada, y mis súbditos se la harán llegar.

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Ingresaron juntos a la fábrica, Lumine estaba pegada al Onceavo. Tenía miedo, en este momento solo podía confiar en él.
Lumine podía ver partes separadas de los guardianes de las ruinas siendo transportados de un lado al otro por trabajadores Fatui.