𖧷 Capítulo 7 𖧷

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Tartaglia cerró la puerta de la oficina de Dottore de un portazo. Si Zhongli hubiese estado ahi presente, lo reprimiria por el mal comportamiento.
Lumine estaba pegada a la puerta, y escucho todo lo que hablaron.

— Solucionado princesa, Dottore aceptó el pago. Ya no tienes nada de que preocuparte.

Lumine no le contesto, se alejo de el caminando hacia la salida.

Una vez fuera de la fábrica, Lumine le hizo una pregunta al Fatui que lo deja sorprendido.

— Si no quieres pertenecer a los Fatui, porqué todavía quieres matarme?

— Es un decir, no es literal. Eso es lo que les digo a los demás integrantes para que no sospechen ni se metan en mi vida privada.

— También me lo dijiste estando a solas..

Tartaglia se acerca a Lumine y acaricia su mejilla con suavidad.

— Era para que me tengas miedo y no pienses atacarme durante la noche mientras duermo. Es verdad que queiro acabar contigo, deseo que volvamos a pelear, pero solamente busco que te rindas o que no puedas más.

Lumine volvió a comportarse un poco más amigable con el, en el fondo sabía que el no era capaz de matarla.

— ¿Dónde queda esa propiedad tuya?

— No muy lejos de aqui, en una hora caminando llegaremos.

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Mientras caminaban hacia su destino en las tierras de Liyue, Lumine le contaba a Tartaglia todas sus aventuras, también le comento todos los problemas que le causó La Signora.

— Escuché que pidió acostarse contigo... — preguntó la viajera poniéndose un poco colorada.

— No me agrada, ni ella ni ninguno de los Once. Físicamente es una hermosa mujer, pero no basta solo eso para mí. ¿De dónde saco las fuerzas para acostarme con alguien que no me provoca nada? — Comento Tartaglia, poniendo todavía más roja a la viajera.

— Zhongli me contó de el trato que hicieron — exclamó rápido Lumine cambiando de tema — Un cuarto de toda tu fortuna a cambio de ser guiado por un Arconte.

— No solo me pidió un cuarto de toda mi fortuna, me pidió algo más.

— Estoy intrigada por saber que más te puede pedir Zhongli.

— Digamos que me pidió que le enseñe un poco más de... Humanidad.

— ¿A qué te refieres con Humanidad?

— Hay sensaciones que empezó a desarrollar después de estar mucho tiempo en este plano como un humano. Era inevitable que suceda... Y digamos que no sabía cómo lidiar con ellas. Así que le enseñé, y le sigo enseñando.

— ¿Que tipo de sensaciones? ¿Ganas de ir al baño o algo así? — exclamó Lumine mirando a Tartaglia como si fuese un bicho raro.

— Jajajajaj por favor no, eso por suerte puede hacerlo solo. — Comento Tartaglia entre risas.

—¿Y entonces? ¿Que le enseñaste?

— Eres una mujer muy curiosa. — dijo Tartaglia suspirando. — Mmm, como explicarte?... digamos que le enseñe a qué hacer con uno mismo cuando alguien te gusta mucho y sientes cierta sensación en una parte baja de tu cuerpo que no puedes controlar y busca una especie de "liberación". Acuerdate que Zhongli no sabe nada de como nos manejamos los humanos, y mucho menos el cuerpo humano.

Lumine no se puso roja, se puso bordo.

Tartaglia empezó a reírse tanto que tuvo que frenar el paso. Lumine le gritó y le dió un empujón.

— ¡Estás demente! ¿¿¿Cómo vas a enseñarle eso a un Arconte???

Tartaglia no paraba de reír. Disfrutaba de ver la cara vergonzosa de Lumine. Ella se tapaba la cara de la vergüenza, mientras Tartaglia buscaba quitarle sus manos de su cara para poder verla a los ojos.

— Si no vas a soportar la respuesta, para que preguntas?

— Es que.. no puedo evitar sentír curiosidad, a mi también me gustaría ser guiada por un Arconte.

— ¿Lumine, es en serio? Eres la favorita de los Arcontes. Es más, si le pides ayuda a Zhongli, el no te va a pedir nada a cambio. No como a mí.

Los dos empezaron a reírse juntos, a pesar de todo, Lumine disfrutaba la presencia del Fatui.

— ¿El Onceavo Fatui le enseño algo más que masturbarse al Arconte Geo? ¿O solo le sirvió para eso? — Comentó Lumine en tono burlón.

Lo que no sabía Lumine, es que a Tartaglia le encanta que lo provoquen, el que busca, encuentra.

— ¿Sabes algo? Eso no fue lo único que le enseñe. También le enseñe a como tener sexo. Para eso recurrí a una amiga de Mondstadt.

Lumine moría de curiosidad y más ahora con esta información. Necesitaba indagar más. Esto era oro puro para comentarle a Paimon cuando la vea.

— ¿De Mondstadt? Seguramente la conozco.

— La conocí hace un tiempo en la taberna de esa cuidad. Nos conocimos bebiendo vino, aunque no estábamos borrachos. A mí no me gusta pasarme de copas, porque eso me haría ver débil. Y bueno, una cosa llevo a la otra...  Después de eso nos mantuvimos en contacto cada tanto, nada más nos encontrábamos en Mondstadt para tener encuentros casuales, aunque siempre que nos veíamos, primero la invitaba a cenar. Se que ella se gana la vida como bibliotecaria.

Lumine no pudo evitar la cara de asombro, es obvio que estaba hablando de Lisa.

— Pero en ese caso, si es para enseñarle. No fuiste tú el que le enseño a Zhongli, fue Lisa.

— ¿Quien dijo que no estuve presente en ese momento? — le susurro Tartaglia — No voy a dejar solo a mi discípulo en su primer encuentro, ahí estaba yo mostrándole todo lo que debía repetir.

Lumine solo pudo tapar su boca con las dos manos con un gesto de sorpresa.

— Tartaglia, tienes una mente retorcida, estás loco, me da miedo quedarme contigo a solas dos semanas.

El Fatui la aprisionó contra un árbol que se encontraba justo ahí. Apoyando a Lumine contra este y agachando su cabeza para susurrarle al odio.

— Todas las mujeres que se acostaron conmigo fue por su propia decisión. No necesito obligar a nadie.

Y con una suave caricia en la clavícula de la rubia, el se alejo y continuo caminando.

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Habían llegado a lo que parecía ser una de las casas de tartaglia. Creía que al ser una casa de paso. Iba a ser pequeña, pero todo lo contrario, era igual grande que la mansión del viñedo de Diluc, aunque más lujoso.
El campo al rededor del lugar donde iba a alojarse estas dos semanas era hermoso. Había muchos árboles de bambú, y un camino de piedras cuidadosamente colocado guiandolos hacia la puerta de entrada. La rodeaban también varias fuentes y estatuas de cemento. Se escuchaba el sonido de las aguas caer, era muy agradable.

Por fuera, la casa era de dos pisos, hecha de una madera oscura minuciosamente tallada y con unos ventanales enormes, que en ese momento no dejaban ver su interior por tener las cortinas cerradas.

Tartaglia saco su llave, y abrió la puerta dejándole ver a Lumine su interior

Por dentro todo era muy rústico y vintage, pero aún así, mantenía su opulencia y lujo. Podía divisar una hermosa doble escalera que guiaba hacia el piso de arriba. Aunque todos los muebles estaban cubiertos por telas blancas para no arruinarse. Se pregunto si Tartaglia siquiera había dormido aunque sea una noche aquí.

— Se la compré hace poco a un comerciante millonario del puerto de Liyue. Esta es la casa donde se veía con sus amantes hasta que la mujer lo descubrió y lo obligó a venderla — le explicó Tartaglia — Por suerte me la vendió amueblada, así no tengo que comprar todos los muebles y artículos para este hogar, sería muy fastidioso.

— Ahh, y entonces me quieres para que limpie y acomode este lugar — le respondió Lumine.

— Claro, eso y otras cosas más.



NADA ES GRATIS. - FanFic adulto Chilumi / Tartaglia /Lumine Where stories live. Discover now