𖧷 Capítulo 20 𖧷

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La Signora y Dottore se alejaron de la residencia del octavo. Tenían otros asuntos que atender. Estaban enfurecidos, para ellos, Tartaglia les tomo el pelo, haciéndolos sentir idiotas.

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- Cocinas muy bien princesa, yo no sirvo para la cocina.

- Me doy cuenta - dijo Lumine en tono burlón.

Ambos se encontraban cenando, riéndose y hablando de la vida.
Mientras Lumine reía, Tartaglia no podía evitar pensar lo hermosa y delicada que era. Deseaba convertirse lo antes posible en el más poderoso de los Once, únicamente para dejar atrás la asociación diplomática de los Fatui e irse de aventuras con ella, llevarla a conocer los lugares más hermosos de Teyvat, que conozca a sus padres y hermanos. Y por sobre todas las cosas, encontrar a su hermano para hacerla la mujer más feliz del mundo a su lado.

- ¿Tartaglia? ¿Me estás escuchando?

- Si mi princesa - mintió el Fatui, el estaba embobado en sus pensamientos.

- Espero que Paimon no le sea un fastidio a Amber, voy a tener que ahorrar mucho dinero con las misiones de los Aventureros, Paimon le habrá hecho comprar mucha comida - suspiró Lumine llevándose una mano al rostro.

- Por el dinero despreocúpate princesa. El Recaudador no solo le dejo tu carta, me tomé el atrevimiento de dejarle una suma de dinero para que pudiese comer todo lo que quisiese y más.

- ¡Tu resuelves todo con dinero!

- No te creas princesa, lo que más quiero no creo que pueda conseguirse con dinero.

- ¿ Y puedo saber que es lo que más quiere el mismísimo Tartaglia? - Lumine se acercó a el, sentándose sobre sus piernas y abrazando su cuello con sus finos brazos.

- Quiero ser el hombre más poderoso de todo Teyvat, eso me llenaría el pecho de ego y orgullo. Y además me di cuenta que si soy el hombre más poderoso, voy a poder traer a Aether de vuelta contigo para que vuelvas a ser verdaderamente feliz.

A Lumine se le cristalizaron los ojos, no esperaba esa respuesta, inmediatamente empezaron a deslizarse varias lágrimas por sus mejillas. Oculto su rostro en el pecho de Tartaglia intentando que el no la vea en ese estado.

- Llora todo lo que quieras princesa, te va a hacer bien.

- Nadie me ayuda, nadie. Todos me piden que los ayude ya que soy una mujer fuerte. Yo lo hago con gusto, pero nadie me devuelve el favor. Yo entiendo que tienen sus vidas y sus propios problemas, pero colocar notas por la cuidad no es precisamente la ayuda que necesito. Solo recibí ayuda de un hombre misterioso, pero no volví a saber de el.

- La gente es egoísta princesa, son pocas las veces que uno recibe todo lo que da por los demás. Tranquila, estoy al tanto de que Zhongli y su amigo el Arconte de Mondstadt buscan la presencia de tu hermano en sus tierras.

- Gracias Ajax, me haces bien.

Tartaglia, muy delicadamente con su mano, limpio las lágrimas de Lumine, después de eso, le proporciono un reconfortante beso en la frente.

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- ¿Paimon, no crees que estás gastando mucho dinero en comida? - pregunto Amber con un gesto un poco asqueado

- ¡Comeré todos los días hasta reventar, tengo mucho dinero!

Se encontraban en Mondstadt Amber y Paimon. Estaban almorzando en "El Buen Cazador".
Amber se está haciendo cargo de Paimon estos días, digamos que la exploradora de los Caballeros de Favonius quiere mucho a Lumine como para cuidar de Paimon todo este tiempo.

- ¡Tartaglia se volvió bueno! ¡Quiero volver a verlo para pedirle más dinero! El es hiper multimillonario - le comentaba Paimon a Amber hablando con la boca llena. - ¡Oh Amber mira quién regreso! ¡Señor Diluc! ¡Kaeya! ¡Por aquí!

Paimon vio a los hermanos adentrarse en la duidad de Mondstadt, ambos se acercaron amablemente a saludarlas rápido para seguir con tus asuntos.

- ¡Hola encantos! - Saludo Kaeya

- Amber, Paimon, hola. - Saludo Diluc tan frío como siempre. - ¿Lumine no está contigo Paimon?

- Nop, Lumine está en Liyue haciendo de mucama en la casa de Tartaglia.

- ... ¿Tartaglia? ¿De dónde me suena ese nombre? - Se pregunto Diluc llevándose la mano al menton, pensativo.

- ¿Paimon, pudo Lumine resolver el tema del dinero? - Kaeya ya empezaba a sonar preocupado.

- Sip, le pidió una suma gigante de Dinero a Tartaglia y a cambio el le pidió que se quede en su casa a ayudarlo a limpiar. ¡Miren todo el dinero que me dió! - Paimon procedió a mostrarles un fajo significativo de dinero.

-No entiendo nada, me estoy empezando a poner nervioso. ¿Quien es Tartaglia? - pregunto Diluc, se estaba desesperando, el quiere mucho a Lumine

- Es el Onceavo de los Fatui. - contesto con mucha inocencia Paimon.

- ¡¿QUE?! - Grito Diluc tan fuerte que las personas que estaban almorzando en "El Buen Cazador" se dieron vuelta para ver qué estaba ocurriendo.

- Diluc, cálmate, vamos a pensar con claridad - Kaeya intentaba mantener la calma, pero también estaba muy preocupado.

- Amber, quedate con Paimon. Por favor ve a decirle a Jean que se encargue ella de esos asuntos y que me disculpe.

Diluc se dió media vuelta y tomo de la mano a Kaeya para que camine más rápido. Se dirigian a su taberna. Al llegar, subieron las escaleras, y se encerraron en una habitación que simulaba ser una despensa llena de vinos.

Diluc se sentó en uno de los dos bancos que había en la despensa. Se dejó caer con todo su cuerpo y se agarró la cabeza con las manos, estaba intentando mantener la cordura.

Kaeya apurado, abrió una botella de vino y sirvió el contenido en una de las copas más pequeñas que encontró. Se acercó a Diluc y agachándose delante de él, acercó la boca a sus labios obligandolo a beber para tranquilizarlo. El conocía a Diluc más que nadie, y si entraba en sus ataques de irá y desesperación ya no lo iba a poder controlar.

Diluc le arrebató la copa de sus manos con violencia y bebió un poco del contenido. Se quedó en silencio intentando calmarse, mirando al piso unos minutos.

- ¿Estás mejor? - Kaeya se posicionó detrás de el, brindándole unos masajes en los hombros.

- ¿Me puedes explicar que está pasando? - pregunto el pelirrojo

- Ahora que lo recuerdo, Lumine hace unos días vino desesperada a pedirte dinero. Tenia una deuda con el cuarto heraldo Fatui. Dottore, el de la máscara, supongo que fue a rogarle dinero al Onceavo. Si mal no recuerdo, todos los Once son millonarios gracias a su trabajo como heraldos, pero Tartaglia ya arrastraba una fortuna familiar.

- ¿Y ahora te vienes a acordar? - Diluc decidió no enojarse con Kaeya.

- Si Lumine fue a pedirle ayuda es porque se llevan bien, supongo, no te olvides que además de fuerte es inteligente.

- ¡Que es un Fatui Kaeya, no se puede confiar en uno! ¿Que más sabes de el? - Cada vez Diluc perdía más los estribos

- Posee una visión de Hydro - le comentaba Kaeya

- Mierda, justo el punto débil de mi visión. ¿Posee habilidades de curación verdad?

- Para nada, su visión de Hydro es la más agresiva que conozco. También lo he visto utilizar de forma extraordinaria todo tipo de armas. Seguramente debe poseer un engaño.

- Mierda, estamos más que jodidos. Pero tengo un plan, más te vale que no te pongas a ayudarme.

- Soy todo oídos - Kaeya se disponía a ayudar a Diluc.

- Vamos a secuestrarlo, y también a torturarlo.

NADA ES GRATIS. - FanFic adulto Chilumi / Tartaglia /Lumine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora