Margarita y Jeju | Jeon Jungkook © ✔ [EDITANDO]

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♡˖Jungkook˖♡

La noche transcurrió más tranquila luego del incidente de la taza rota, seguimos jugando y luego seguimos viendo la película y comiendo palomitas, nadie mencionó nada de él juego o algo parecido lo cuál agradecía internamente. Una guerra de almohadas fue lo que empezó luego de la película y nos ánimo a todos luego de tremendo final de 'Teléfono'.

Gelatina, galletas, papitas, doritos, chetos, jugo, refresco, pintarnos las uñas-jimin en realidad-aunque lastimosamente no había alcohol, si disfrutamos la noche, no se a que hora nos dormimos pero fue tarde, muy tarde, todos caímos en el país de los sueños sin fijarnos en algo más. Dormí mejor que muchas otras noches aunque no haya soñado con nada, pero fue mi despertar el que me sorprendió.

Al abrir mis ojos noté que no era mi habitación y luego recordé la pijamada, miré hacía la cama y noté a Hoseok de lado dormido, miré que me hacía presión en el tórax y me quedé sin el aire que me faltaba, Seokjin estaba en mi abdomen bajo abrazándome los muslos usandome de almohada pero más arriba, en mi pecho, estaba Andrea durmiendo plácidamente, su respiración lenta, sus rosados labios entreabiertos, su mejilla levemente presionada al estar sobre mi pecho, instintivamente acaricié su cabello y sonreí luego cerré mis ojos para dormir un rato más.

—Jungkook-ah.

No me despierten es muy temprano.

—Kookie...—abrí un ojo y luego ambos para mirar a Andrea afincada en sus codos mirándome—no hagas ruido los demás están durmiendo—miré a todos lados y tenía razón.

—¿Pasa algo?—negó.

—Bueno sí...

—Dime entonces.

—Necesito ir al baño y una de tus manos está en mi cintura y una de tus piernas enredada con la mía—apretó sus labios y me fijé en eso que decía, rápidamente la dejé libre.

—Disculpa.

—No pasa nada, si no tuviera ganas de ir me hubiera quedado así—sonrió y se levantó yendo al baño rápidamente.

¿Se hubiera..., quedado?

Revisaba mis redes cuando la noté parada frente a mi haciéndome señas de que fuera con ella, me levanté con cuidado y me acerqué—Voy a comprar, acompáñame, no te quiero dejar solo aquí despierto pasando hambre.

—Oh, ya voy, de todos modos creo que quedo comida de anoche no lo sé—me encogí de hombros y fui a mi habitación a cambiarme. Bajé a recepción y la vi esperándome.

—Vámonos es tarde—tomó mi mano y salimos del hotel, caminamos por las calles de Nueva York, ella entraba a muchos sitios pero no se quedaba en ninguno, ¿que busca tanto?

—Andre—ella se detuvo y me miró, parecía que hubiera dicho algo que causara algo en ella—ehh, ¿que buscas?

—Sabes que vengo de Venezuela—asentí y seguimos caminando—pues un plato típico de allá son las arepas, ellas se hacen con harina de maíz, pero no cualquiera, para eso nosotros tenemos nuestra harina llamada "harina pan", normalmente la venden en negocios de venezolanos fuera del país, acá en Estados Unidos la venden solo que cuesta encontrar esos lugares—miró a todos lados.

—¿Quieres prepararnos eso?—ella asintió—¿saben bien?

—Hijo, fueron llamdas el mejor desayuno del mundo, tu me dir—dejó la frase al aire mirando a otro lado—¡ahí! ¡vamos!—me jaló casi que corriendo a una pequeña bodega dónde lo que llamaba la atención era una torre de paquetes amarillos, parece que era esa harina de la que hablaba, venían en paquetes de otro colores al fijarme, desde un amarillo taxi, un amarillo arena y un color anaranjado.—Esta es la harina común, esta es de un tipo de maíz aún más blanco, y esta de un maíz amarillo.