Margarita y Jeju | Jeon Jungkook © ✔ [EDITANDO]

~•°47°•~

♡˖Andrea˖♡

Han pasado casi una semana desde que Jesús llegó, dejé que de quedara en la sala de mi departamento, Rosé me vino a visitar justamente en esos días llevándose la sorpresa de que él estaba aquí, y sí, a ella tampoco le caía muy bien la actitud actual de Jesús.

Yo no veía lo malo, pero si era incómodo estar con él luego de lo del aeropuerto antes de venirme a Corea, ya no sentía lo mismo de ese entonces y se que él no solamente venía de visita, él quería algo más se notaba cada que se acercaba a decirme algo pero simplemente me preguntaba por mi o me pedía algo tan común como agua.

En serio ya quería que se fuera, estaba siempre encima mío abrazándome, chamo no me gustai, me gusta él chamito para el que trabajo, me mueve el piso como no tienes idea menor así que déjame que soy papa casada.

—¿Podemos ir al centro comercial?

—No lo sé yo hoy quería quedarme en casa—comenté tomando una taza de café.

—Bueno—suspiró—esta vista es fina, Seoul es bonito oyó.

—Lo es, dejándo de lado la contaminación es bonito.

—¿De pana no podemos salir? Me ladilla estar aquí—hizo un intento de puchero pero realmente no le quedó bien.

—Estoy algo cansada, mucho trabajo—me excuse.

Él no dijo nada más y tomó su teléfono para revisarlo.

—¿Estás molesto?

—No, sólo quería salir contigo pero entiendo que estés cansada—Claro que no lo entendía, su tono de voz era como de intolerancia, o sea ¿masomenos chamo?

—Iré a descansar.

—¿Puedo ir contigo?

—¿No crees que sería algo raro?—arrugue mi frente.

—No vale, ¿por qué pues?

—No, nos vemos desde hace años, somos amigos pero siento que hay que tomar confianza otra vez, ambos tuvimos que cambiar en este tiempo.

—¿Cambiar?, ¿cambiar en que, Andrea?, ¿estas loca?

—No estoy loca.

Pasé mi lengua por dentro de mi mejilla algo molesta, él no debería reaccionar así, bufé y me metí a mi habitación. Loca la hermana suya.

(...)

Al final me terminó trayendo al centro comercial, había logrado dar con un taxista que hablaba inglés, esto me estaba arrechando, no me estaba respetando, hoy era domingo y yo no trabajaba esos días y él lo sabía sin embargo no le importó.

Al llegar al mall empezamos a caminar y a ver las tiendas, marico aún no entiendo con que plata se vino este para acá, le voy a preguntar.

—¿Cómo viniste? el pasaje para acá casi ambos ojos de la cara, así vengas de España.

—Tengo unos amigos ahí a los que le gané una apuesta y coño los euros son oro en el mundo, tú sabes como es el sistema.

—Ah, ya...—seguí caminando mientras veía las tiendas a las cuales había recurrido mil veces para crear los vestuarios de los chicos de TXT. Sentí que agarró mi mano y disimuladamente la solté y caminé hasta un puesto de helados para pedir dos, uno de chocolate y otro de mantecado

—Recordaste que me gusta el de mantecado tan linda.

Ni si quiera me acordaba de que era lo que le gustaba.