Capítulo 30

48 11 8
                                    

El día de ayer, la escena se puso rara o al menos eso me dijo Jesse. No recuerdo mucho de lo que hice o dije. Mis recuerdos son muy vagos y para empeorar la situación tengo una resaca terrible. Ya he dicho que no soy muy buena para tomar, y aunque antes, hubo una época donde si me gustaba beber bastante —¿bastante?— bueno, todos los días salía de fiesta y bebía. Lo tuve que dejar, fue algo así como un propósito personal, el cual Oliver me ayudó a dejar. Todo cambió cuando entré a la universidad y volví a beber luego de casi un año de sobriedad, no quiero decir que me volví una ebria demente, solo que últimamente lo hago más seguido
—Oliver debe estar muy decepcionado de mi ahora—.

Solo has bebido dos veces exagerada.

Y es cierto, he bebido dos ocasiones en los últimos seis meses. —no es mucho, lo sé— La primera fue cuando salí con Alexander, según yo solo iba a pasar  un buen rato y ha beber un poco, pero terminé perdiendo la cordura, a tal punto de soñar que lo besaba —y besaba muy bien, de una manera tan delicada pero a la vez muy.... — mejor seguimos con lo que estaba contando, ese día quedé con un trauma. —ya me dio calor— ¡cállate conciencia!.

Debo decir que me costó un poco verlo con el mismo desagrado de antes, pero con el pasar de los días la situación entre nosotros mejoró. Mi segunda vez bebiendo fue ayer, todo estuvo normal
—o al menos hasta donde recuerdo— había regresado de nadar con Alexander y lo último que tengo en mi sistema, es que me puse a beber y vi fotos de mi pasado.

Beber y recordar cosas deprimentes, mala idea.

Anotado

Luego de eso no recuerdo más, y no entiendo el porqué si solo bebí como cinco cervezas. Tengo una imagen muy confusa, fue el momento en que íbamos en el taxi de regreso, y yo llevaba puesta una enorme camisa, la cual no era mía claramente.

Quizá era de algún vagabundo.

Según Jesse me recargué sobre su hombro y me quedé dormida, así estuve todo el camino hasta que llegamos al camper y los chicos me trajeron cargando de regreso —que vergüenza—. Por mas que insistí en que Jesse me dijera que mas había sucedido seguía negándose y no quiso tocar el tema. Solo me aseguró que borracha soy muy graciosa y que debería emborracharme mas seguido.

Como dije no recuerdo nada de eso, solo se que no volveré a tomar, lo juro. —eso dicen todos— bueno no lo juro, pero haré el intento.

Siento que mi cabeza me va a explotar, la luz me lastima y los sonidos son lo peor en este momento.

—Tómate esto —ordenó Jesse entregándome un vaso y una aspirina, lo cual agradezco— te ayudará a aliviar el dolor de cabeza

—Gracias —respondí dándole una sonrisa que automáticamente se borró, cuando un rayo de luz dio directo a mi cara e hice el intento de cubrirme— ¿Qué tanto bebí?

—Solo debo decir que se te pasaron los tragos. Bebiste como quince cervezas

¿No habían sido cinco?

Borracha

—Cuando quiera volver a beber no me dejes, si es necesario que me golpees, hazlo —hablé para luego poner la pastilla sobre mi lengua y tomar el agua—

Hice una mueca al sentir ese sabor amargo de la pastilla, creo que Jesse vio mi expresión, así que negó divertida. Ella lucía muy bien, tenía su cabello desamarrado, sus rizos muy definidos y traía puesto un vestido azul que le moldeaba el cuerpo.

¿Por qué yo no me veo así por las mañanas?

Te vez bien

Parezco perro atropellado

Fuera de mi planWhere stories live. Discover now