Capítulo 31

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No se que hora era, pero si se que un fuerte estruendo hizo que me despertara de golpe. Jesse estaba a mi lado y ambas teníamos la misma cara de confusión —y de sueño también—. Ella se había puesto de pie primero y yo casi caía al suelo, pero suerte logré mantenerme firme.

—¿Qué diablos fue eso? —pregunté medio dormida y pasándome una mano por el cabello para tratar de acomodarlo un poco

Parece que unos pájaros durmieron sobre mi cabeza.

O que hicieron una party muy loca.

—No lo sé, pero voy a matar a quien me ha despertado de esa manera —gruñó Jesse molesta— Casi se me sale el corazón del susto

Y si la creo capaz de morder el brazo de alguien, que gracioso sería ver eso, aunque el canibalismo no es correcto.

Me quité la cobija que tenía sobre mí —la cual no teníamos y mágicamente apareció— Ambas nos pusimos de pie y salimos del camper con la poca paciencia que manteníamos. Al salir nos dimos cuenta que André estaba intentando poner una mesa o algo parecido, pero desafortunadamente, no había tenido éxito.

¡Que desastre!

—¡Oh! ¡Hola chicas! —saludó amable y algo sonrojado — No quise que se despertarán tan pronto —nos dijo algo avergonzado

—No te preocupes cariño —respondió ella con una enorme sonrisa

¿No que iba a matar a quien la despertó?

A veces en el amor, se pueden hacer excepciones.

Deberías tomar tus propios consejos Lía.

—Lía, te has quedado dormida ayer y no quise despertarte. Espero y no te moleste eso

—Tranquilo, fue lo mejor —comenté dándole una sonrisa para tranquilizarlo, lo vi suspirar con un poco más de calma

—Me alegra escucharte decir eso

—¿Y que es todo esto? —cuestioné ante el hecho de que hubiera una mesa y cosas tiradas alrededor del suelo—

¿Un picnic?

—Quise preparar el desayuno para ustedes, pero ha sido un completo desastre —habló señalando el tiradero— No sirvo para esto

—¿Podemos ayudar? —cuestionó Jesse ante el desastre que su novio tenía a la vista

—No quiero molestarlas

—Somos capaces de preparar nuestro propio desayuno André —dije con obviedad— Ninguno es experto en cocina, pero mezclando nuestros talentos quizá hagamos algo sorprendente

¡Esa es la actitud!

—¡Esa es la actitud amiga! —Jesse se unió a mi idea y chocamos cinco— no que se diablos hacer, pero yo los apoyo

—Pues manos a la obra, que tenemos preparar un desayuno —dijo André con entusiasmo

Los tres mosqueteros al ataque.

Todos comenzamos a hacer una labor, y nos repartimos las tareas. Debo decir que mis waffles estaban quedando deliciosos —no es por alardear, claro— El jugo que André hacía tenía un olor increíble y la fruta que Jesse picaba era muy jugosa.

Mi boca era un mar en ese instante.

Al terminar acomodamos todo de manera muy elegante y olía delicioso. Y su sabor era…

¿Bueno?

 

¿Malo?

 

Fuera de mi planWhere stories live. Discover now