Capítulo 35

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Durante algún momento de la noche me quedé dormida, no me había dado cuenta hasta escuché el sonido de un celular, la persona al otro lado era muy insistente.

Y de verdad que el sonido era molesto también.

Me obligué a abrir los ojos y cabe aclarar que mi humor empezaba a tornarse difícil.

—No hay nadie —murmuró una voz ronca que se encontraba a mi lado

Cuando caí en la realidad me di cuenta de que estaba con alguien, y ese alguien era Alexander. Sentí como respiraba cerca de mi oído, mi mano estaba en su pecho y mi cabeza recargada a su hombro.

Rápidamente, me separé de él, estaba nerviosa, Alexander solo se movió y me buscó con un brazo.

Cuando me encontró me atrajo hacía él.

Creo no era muy consiente de eso.

—Alexander —murmuré, separándome un poco de él— alguien te habla

Como no vi repuesta de su parte me puse de pie. Lo moví en repetidas ocasiones y nunca dio señales de vida.

Y como tenía ganas de molestarlo, puse en práctica lo que alguna vez vi en las luchas. Fui a la esquina de la habitación y corrí hacia la cama, cayéndole encima o hice el intento.

Desde la tercera cuerda, señores.

—¡Aunch! —se quejó y me miró con odio— ¿Estás loca?

—Quería que despertaras —expliqué mientras me ponía de pie nuevamente— no me hacías caso y opté por medidas más extremas

—Que grosera eres con alguien que te ha tratado bien

—Si, y yo tengo ojos azules

—¿Acaso te he tratado mal? —preguntó ofendido—

Enarqué una ceja y lo miré.

—¿Quieres que te responda?

Negó.

—Okey, tienes razón —bufó— pero he hecho el intento

—Casi muero y no querías cargar con ese peso en tu conciencia —aseguré— tú no eres lindo con nadie

—Rompes mi corazón —dijo dramático y se puso una mano el pecho

—¿Cómo debería tratar a alguien que se hace pasar por mi novio?

—¿Dándole un beso? ¿Un abrazo? —se encogió de hombros— no tengo idea

Me acomodé y apreté su mejilla.

—Es todo lo que puedo hacer por ti, mueve ese trasero y apaga ese celular, me despertó y ahora estoy de mal humor —hablé recogiendo mi cabello en una coleta

Agarró su celular y vi como puso los ojos en blanco. Estaba escribiendo algo cuando nuevamente sonó su celular.

Gruñó y se puso de pie para responder.

Salió al balcón dejándome sola, como tenía que buscar algo con que entretenerme, me puse a recoger el cuarto, no tardé mucho, yo ya había terminado, pero Alexander seguía hablando por teléfono y solo movía las manos de un lado a otro.

Yo traté de escuchar, únicamente por curiosidad.

*Conciencia tose discretamente*

Chismosa.

Fui y acomodé mi cama la cual había dejado hecha un desastre, justo en ese momento Alexander entró y arrojó su celular a la cama.

—¿Qué sucede? —cuestioné preocupada— ¿Pasó algo?

Fuera de mi planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora