22. ¡GUARDIAS!

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Mientras tanto Hollow estaba decidido, no iba a perder el tiempo.

Sabía que el destino de la joven enjaulada era morir pero mientras el siguiese vivo no iba a dejar que ocurriera. El plan era sencillo, colarse en el palacio y buscar la manera de rescatar a Ella.

El castillo no poseía una gran seguridad, estaba descuidado ,gracias a la arrogancia del rey. Había cultivado terror en todos los habitantes del reino ¿Quién sería capaz de atreverse a desobedecer sus órdenes? Nadie, absolutamente nadie, el hombre de la corona no tenía enemigos ni oponentes a los que temer así que pensó que sería un desperdicio tener mucha seguridad.

Tampoco hay que negar que había aumentado bastante con el tema de las brujas, los soldados eran sus ojos, tenía que encontrar a  las demás brujas y acabar con ellas rápidamente antes de que la plaga fuese a peor.

Pero no fue suficiente para detener a Hollow, la grandeza del rey lo había cegado y había infravalorado a su contrincante.

Las experiencias que el joven vivió en las calles lo ayudaron a colarse en el palacio, no fue difícil despistar a los primeros guardias del exterior para después buscar alguna entrada alternativa al interior del castillo.

"Que repugnante- pensó Hollow mientras caminaba por uno de los pasillos-malditos nobles... bufones con dinero"

Cualquiera se hubiera quedado impresionado con las riquezas que envolvían sus interiores pero para el chico era difícil no pensar en aquellos niños que sufrían hambruna en las calles del reino, no podía dejar de preguntarse cuántas cabezas habría pisado el rey para conseguir tal tesoro.

Utilizaba los rincones más oscuros como escondrijo y así continuó escabulléndose mientras buscaba a Ella, su intuición insistía en que la joven no se encontraba en los calabozos del castillo, era una intrusa demasiado especial como para que el rey la encerrase con los demás presos.

Tenía que estar en otro lugar pero... ¿ Dónde? Se le acababa el tiempo.

Por suerte callejear y hurtar para conseguir comida lo había vuelto más ágil y más audaz, había aprendido que a veces también se pueden robar palabras.

: Ya he guardado la llave en la cámara real, señor- dijo una voz- ¿ Debo empezar con los preparativos?

Hollow se escondió rápidamente al escuchar la voz de los dos soldados.

: Sí, la hora del ajusticiamiento se acerca- le contestó con seriedad-vigila bien la zona de la sala del trono y asegura te de que nadie entre, nunca se sabe que puede pasar.

:Sí, señor- se inclinó levemente- 

: El príncipe ya ha salido de su encierro ¿ Verdad?- continuó la conversación- tiene que prepararse también, el rey ordeno claramente que el príncipe debía asistir, nuestra alteza esta casi listo así que ir preparando su carruaje.

:Sí señor, el joven príncipe ya se esta preparando pero creo que necesitará un poco más de tiempo antes de estar listo.

:En ese caso que el rey y la reina vayan antes y que el príncipe acuda después- finalizó impaciente-

Aquella información valía más que el oro de la corona del rey, ahora Hollow ya sabía cual sería su siguiente paso.

Hurtar la llave no fue difícil dentro de la cámara real solo había una llave guardada con esmero dentro de urna, debía ser esa la llave que podía liberar a Ella.

Pero no iba a ser tan fácil, la puerta de la sala de tronos estaba cerrada y no tenía tiempo como para buscar la llave que la abriera así que decidió salir al jardín exterior y entrar por la ventana.

Esquivo a todos los guardias y a los rosales espinosos.

La única forma de llegar a la ventana era  trepando una alta pared cubierta de ladrillos y hiedras trepadoras, había una caída de varios metros que sin duda podría acabar con su vida.

De alguna manera logró llegar agarrándose a las hiedras que se sujetaban con fuerza a la piedra, a pesar de que la ventana si que estaba abierta era imposible entrar, unos barrotes de acero oxidado se interponían en su camino.

: ¡Hey! ¡Ella estoy aquí!- dijo desesperado desde el otro lado-

Al principio l a joven pensó que era otro sueño, uno más de los muchos que había tenido esa misma noche sin embargo esta vez si que pudo ver a Hollow mirándola desde fuera, y se puso muy feliz, demasiado.

:¡ Hollow! ¡¿ Qué haces aquí?!- contesto acercándose todo lo que los barrotes le permitían-

: No puedo explicártelo ahora mismo - dijo agarrándose con fuerza para no caer- toma esta llave, abre la jaula y huye, pronto nos volveremos a encontrar, no te preocupes.

Tiró la llave hasta la jaula de la joven, Ella entendió que no había tiempo para más palabras y aunque ambos se echasen mucho de menos se miraron a los ojos y con tristeza se despidieron.

El chico logró bajar con cuidado y se dispuso a colarse dentro otra vez pero para su mala suerte escuchó:

: ¡ Señor, necesitamos refuerzos!  El príncipe ha visto intrusos en el palacio.

:Entendido, aseguraros de encontrarlo y vigilar de cerca a la bruja, que el rey no se entere de esto será mejor que el carruaje marche ya.

: Sí señor.

Ambos soldados se pusieron en marcha.

Hollow gruñía frustrado, ahora las cosas iban a ser más difíciles y Ella estaba abandonada a su suerte dentro del castillo.

" Ese estúpido príncipe ¿ Cuándo me habrá visto? ¿ Y dónde?- se preguntaba- Diablos esto complicará las cosas" 

Sin pensárselo dos veces la joven abrió su jaula, se sintió aliviada y libre pero aún no había acabado su lucha.

Intentó abrir la puerta varias veces pero fue imposible, pensó en romperla pero eso hubiera sido demasiado estruendoso.

Agarró una de las pequeñas esculturas de piedra y esperó detrás de la puerta, era la única manera que tenía de salir de aquel palacio de locos, se aferraba con fuerza a la fría piedra, estaba temblando pero más decidida que nunca a sobrevivir, después de ver la muerte tan cerca ya no tenía nada que perder.

Según Ella lo había planeado los pasos de un guardia se acercaron a la sala y después se escucho el tintineó de una llave, en cuanto la  puerta se abrió la chica golpeó al hombre en la cabeza con todas sus fuerzas dejándolo tirado en el suelo sin conocimiento.

" Lo siento, eras tú o yo" - pensó la chica horrorizada de lo que había tenido que hacer para seguir viva.

Ella entró a la primera habitación que encontró y se escondió en un armario sin saber cómo podía salir de allí.

Los pasos de los soldados se movían inquietos por todo el palacio, temían que el rey hiciera rodar sus cabezas.

Pronto se dieron cuenta de que había desaparecido la nigromante y un bravo terror recorrió cada habitación, todo volvía a ser un caos.

: ¡Guardias buscarla ahora mismo! 


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