55. ARMONÍA

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Después de la inesperada coronación de Ella no se produjo un cambio instantáneo, fue difícil acabar con el rechazo a la nigromancia que había sido inculcada de generación en generación y tampoco fue fácil para nadie adaptarse.

Los habitantes del reino no sabían como hablar con una bruja, el miedo los apresaba más incluso que cuando se dirigían a su antigua majestad.

Por su parte Ella permanecía dentro de las paredes del palacio, no podía acostumbrarse a tener criados o a los modales propios de la realeza, era confuso como su vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, de humana a bruja y de bruja ¿A reina? Era  ridículo.

Tenía miedo de caminar por las calles del reino, esta vez sin disfraz, sin esconderse, así que pasaba la mayor parte del día en el jardín real.

Allí las flores eran diversas y coloridas, la hierba crecía exuberante, el verde era brillante, la brisa suave... Solo en aquel lugar podía alejarse de todas las preocupaciones que cargaba.

Ella debía gobernar a seres que no confiaban en su reina, no solo eso, tenía que hacer frente a diversas protestas, leyes anticuadas del antiguo reinado que debían renovarse, finanzas, economía, problemas y más problemas.

: No sé si voy a ser capaz- musitó la joven con la mirada perdida en el horizonte.

La noche acariciaba la ciudad, las luces de las casas brillaban a lo lejos en tonos anaranjados y un ambiente fresco pero veraniego se mecía entre los campos.

: ¿De qué?- preguntó Hollow.

: Ser una buena reina- contestó sin mirarle.

El viento bailó en su rostro para después devolver el silencio a la noche.

: Por supuesto que lo serás, me tienes a tu lado- sonrió juguetón- Si quieres puedes dejármelo a mí, te convertiré en mi bufón.

:Hollow... deja de decir tonterías- le contestó risueña.

: De todas formas no te preocupes, el destino te ha traído aquí- declaró tranquilo- debe haber una razón.

Ella lo miró con cierto embeleso, después de todo lo ocurrido Hollow seguía a su lado como el primer día, era como si nada hubiese cambiado.

La joven no tenía ese tipo de creencias sin embargo aquello parecía obra del destino, haber llegado al Reino del Sol, haberse encontrado con Hollow, Galia, Zahorí, la cabaña en el bosque, la bruja, el poblado...

Sus ojos pasaron lentamente por sus recuerdos casi sin poderse creer lo lejos que había llegado, resulta que en casi todos sus recuerdos aparecía aquel pelinegro burlón.

: Gracias Hollow- susurró- gracias por todo.

Al chico lo pillo desprevenido pero después del primer impacto solo pudo sonreír y decir:

: Lo mismo digo, Ella.


Al final a los habitantes del Reino del Sol no les quedo más remedio que aceptar a su nueva señora que nunca llego a ser tan despiadada y cruel como los rumores decían, las estaciones pasaron más rápido que lento, la primavera dio flores y el invierno trajo nieve, y en algún momento Ella se acostumbro a la corona y  los seres a las brujas.

Pudo haber sido de mil formas sin embargo sucedió así.

Había un largo camino por recorrer en el futuro.

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