41. LA VOZ

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: Su hijo se encuentra bien-contestó Hollow- lo conozco desde hace mucho, somos como hermanos y les aseguro que está seguro.

Mientras lo decía el joven sintió un remordimiento, no estaba diciendo la verdad, Luka el que había sido su hermano estaba perdido.

Su hijo trabajaba para el mismo hombre que los había desterrado y poco a poco se estaba volviendo alguien oscuro, diferente al niño callejero que conoció una vez.

Aun así  decidió no decir una palabra, sus padres estaban atrapados fuera del reino y si les contaba más detalles solo angustiaría su corazón innecesariamente.

:¡Qué alegría! ¡Qué alegría!- Crystal se abrazo con fuerza a Benet- ¡Está a salvo! ¡Nuestro pequeño!

El hombre le devolvió una inmensa sonrisa también.

Luka había vivido toda su vida convencido de que sus padres lo habían abandonado, como a un mueble viejo, sin amor, lo habían traído al mundo para después prescindir de él.

Aquello siempre le  había hecho sentir que tenía una  existencia pequeña y miserable, Hollow lo sabía, se había dado cuenta de que cada vez que él hablaba de su madre su hermano  tenía un gesto de disgusto, las palabras  del muchacho solo lo hacían sentir más insignificante.

Hollow evito herirlo, le ofreció su amor y su cariño pero nunca fue suficiente.

Mientras que Luka pensaba que para su hermano su familia nunca había sido bastante era al contrario, él era el único que no estaba conforme.

Ahora que había descubierto la verdad sabía con certeza que su hermano si que había sido querido y había sido abandonado por culpa del hombre cruel al que ahora obedecía, tenía que contárselo, debía saber la historia de su familia al igual que él iba a descubrir que había pasado con la suya, con su madre.

Los padres de Luka aun  tenían muchas preguntas sobre su hijo y Hollow quería saber más sobre las brujas, pero se les agotaba el tiempo.

El horizonte era un profundo negro, Ella no estaba segura de cuantas horas llevaba caminando por el bosque pero estaba segura de que ya era mediodía, los rayos del sol no podían traspasar la densa capa de hojas de las secuoyas y dejaban el interior  completamente a oscuras.

Incluso si una bestia se movía a unos pasos de la chica esta no sería capaz de verla, le provocaba un inmenso miedo, las sombras tomaban formas que conforme se acercaba a ellas desaparecían como espejismos.

Ella quería saber que era lo que aquel bosque guardaba en su corazón con tanto cuidado pero poco a poco su cordura se perdía y la joven se arrepentía de su decisión.

Siguió caminando hacía delante, sin saber a donde se dirigía o si estaba dando vueltas al mismo lugar, de todas formas aunque quisiera no había forma de regresar por el mismo camino, estaba desorientada.

Las raíces de las secuoyas dificultaban el caminar y el silencio perpetuo del bosque hacía que la chica imaginase voces.

Un pequeño crujir de una rama la lleno repentinamente de esperanza y temor a la vez.

:¿Ho- Hola?- susurró- ¿Hay alguien ahí?

:Hola Ella ¿Estás asustada de mi presencia?

Una voz profunda apareció de la nada como si fueran los mismos troncos de los árboles los que se dirigían hacia la muchacha.

:¿Qui- quién eres?- se encogió llena de miedo- 

:Sabes que no puedes con esto ¿Verdad?- susurró la voz en su oído haciendo que Ella se estremeciera-   No eres más que una humana que tuvo la mala suerte de caer a un lago y acabar aquí.

L a voz daba vueltas a su alrededor, venía de todas partes y a la vez de ninguna.

Hacía un espiral en torno a la joven  para que esta cayera más profundo y terminase engullida.

:¿Lago? ¿De qué hablas?- musitó- ¿Cómo sabes todo eso?

:Soy el espíritu de la floresta de los miedos- se rio con malicia-Sé quien eres mejor que tú, por que yo lo sé todo, aunque tu estés a oscuras y no seas capaz de ver nada yo veo tu alma perfectamente, sé de donde vienes y a donde irás, estoy en todos lados y conozco todo lo habido y por haber.

Esta vez la única contestación que obtuvo fue el silencio, a la chica no le salían las palabras.

:Que mala suerte pequeña- se acercó la presencia- nadie sale de aquí, nadie, estás atrapada en un lugar sin salida, una trampa para seres exiguos como tú ¿A caso pensabas que aquello con lo que tropezabas eran raíces? ¿Segura?

Ella se horrorizó de pensar que bajo sus pies podía haber miles de cadáveres.

:No eres valiente, no eres fuerte, no eres capaz- le repetía- ¿Vencer a todo un reino? ¿A su rey? estabas destinada a fracasar, es duro pero algunas personas solo nacen para morir, como tú ¿Estas asustada? Deberías estarlo.

La joven perdía la fuerza, el miedo se apoderaba de ella sin resistencia alguna y quizá la voz estaba en lo correcto ¿De verdad creía que podría salir viva de allí? Su final estaba marcado desde el día que apareció en el Reino del Sol, no era ninguna heroína y la muerte la aterraba.

:Eso es- afirmo la voz como una suave caricia- Ríndete, el miedo es el primer sentimiento que nos surge al nacer y también te acompañará en tus últimos momentos, deja que te abrace y cede a él.

Ella cayó sobre sus rodillas, era el fin, dentro de la floresta el miedo era mucho más fuerte.

:El lago, piensa en el lago- Decía la voz metiéndose más y más en su cabeza, apresando su cuerpo sin hacerle falta la fuerza.

:El lago...


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