24. DESVANECER

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Ella continuó andando sin rumbo entre los pasadizos subterráneos, era difícil respirar y la humedad trepaba por las paredes.

Las cerillas solo alumbraban una pequeña zona  mientras lo demás a su alrededor quedaba en una profunda oscuridad.

El único sonido que se dejaba escuchar allí abajo era el correr de las aguas, el lugar estaba totalmente insonorizado del exterior, Ella era incapaz de escuchar a los habitantes del reino caminar por las callejuelas y, si en algún momento ella  gritase, no importa cuan alto lo hiciera nadie podría escucharla.

La joven había desaparecido  para todo el mundo, ni siquiera Hollow sabía su paradero ¿Qué podría ocurrirle si nunca lograba salir? ¿ Moriría de hambre gritando silenciosamente debajo del reino? ¿ La soledad acabaría comiéndosela? ¿O era peor no estar sola en aquel lugar? 

Aun sabiendo que la mayoría de seres que vivían en la  superficie no tenían buenas intenciones y nunca le hubieran ayudado la idea de morir enterrada viva  desgarraba su interior.

Las cerillas no eran eternas, debía buscar rápidamente una salida antes de que la última cerilla se consumiera y quedase atrapada para siempre.

Unos extraños símbolos permanecían marcados en las paredes a pesar del paso del tiempo, lejos de ayudar a la joven a encontrar una salida solo la dejaban con más preguntas.

La chica comenzó a volverse paranoica, el simple goteo de una tubería o el resbalar de una pequeña piedra podían asustarla, lo único en lo que Ella pensaba era:

"¿Qué ocurrirá cuando la última cerilla se apague?" 

El futuro incierto y siniestro que le aguardaba había nublado por completo su mente y su instinto de supervivencia, ahora no tenía a ningún rey al que enfrentarse, estaba a solas con su miedo.

La oscuridad era asfixiante y cada vez que una cerilla se apagaba la muerte daba un paso más cerca.

 A Ella solo le quedaban dos cerillas, había dado vueltas y vueltas pero no había encontrado nada y cada vez su angustia crecía más ahogándola.

En un momento dado la chica decidió volver en sus pasos hasta llegar al primer lugar de las alcantarillas en el que había estado, comprobó desesperada si podía regresar al castillo aunque posiblemente el rey la capturase de nuevo, pero no había manera de alcanzar el conducto tres metros por encima del suelo.

Atormentada la chica se sentó en una esquina y dando su muerte por escrita esperó a que su última cerilla se apagase.

Una vez no le quedó nada su mente se vació y su sollozo formó ecos en la fría piedra, ya lo había dado todo por perdido.

A la vez el palacio ya había declarado la desaparición de la nigromante y el caos volvió a sobrecoger la ciudad.

: ¡ Buscarla ahora mismo! ¡Recorrer todo el reino si hace falta pero no la dejéis viva!- gritaba el rey desde su trono- ¡ Insensatos! ¡ Os voy a cortar la cabeza a todos! ¡No perdonaré vuestra vida! 

Los guardias a duras penas soportaban  la ira del hombre de la corona, estaba enfurecido, más que enfurecido, estaba lleno de cólera. No solo habían perdido a la bruja si no que lo habían dejado en ridículo frente a todo su reino.

La confianza que todos habían puesto en Galia después de la captura de la nigromante, las esperanzas de que fuera un buen gobernante, todo se había ido junto  con la bruja.

Al príncipe sin embargo le traía sin cuidado, suspiraba aliviado de saber que su amiga había podido escapar pero dentro de sí mismo sentía como si alguien lo señalase y gritase "culpable" porque sabía que  si por él hubiera sido Ella habría muerto.

Hollow recorría las calles casi sin aliento, aunque la chica hubiera logrado escapar él no descansaría hasta tenerla a su lado y asegurarse de que estaba sana y salva, mientras la buscaba rogaba porque los guardias no la encontrasen antes.


Los pensamientos de Ella comenzaron a disolverse en las sombras, el tiempo pasaba pero los muros inamovibles del laberinto no desaparecían, la joven seguía apresada pero poco a poco encontraba calma en la penumbra.

Su vista estaba obstaculizada pero sus otros sentidos emergían, dejaban  de estar ocultos  y flotaban en los riachuelos  de los pasadizos subterráneos.

Ella cerró los ojos y se volcó en sus recuerdos, desde los feroces bosques de las afueras, los campos de grano, la primera vez que vio el reino, sus calles, sus edificios, sus detalles dibujados con un pincel fino, la cabaña de Mery, el paseo nocturno con Hollow, las enormes puertas del palacio...

Sin darse cuenta empezó a caminar, sus vividos recuerdos la guiaban a través del laberinto casi como si su destino fuera vivir.

Los pasadizos eran reflejo  de las calles que se levantaban en la superficie, si se concentraba podía ver por donde caminaba sin abrir sus ojos, solo lo que ella atesoraba en su interior le era suficiente.

Se dirigía hacía la parte más empinada de la ciudad, a las afueras, lejos de guardias que quisieran atraparla y cerca de las colinas donde el barracón prohibido podía estar.

De pronto un punto de luz apareció a través de sus párpados, lentamente abrió sus ojos y descubrió una salida, la alcantarilla que la llevaría a la superficie.

Tomó aire fresco, un respiro lejos del olor a podredumbre que recorría el interior del alcantarillado.

Ella esbozó una sonrisa que contenía sus lágrimas, quería llorar, quería gritar "Sigo viva un día más", pero no lo hizo, simplemente marchó hacía su destino.

Una colina a lo lejos se mecía en el viento y en su cima había una pequeña casa de ventanas pequeñas, estaba aislada y tenía un aire extravagante como si no perteneciera al Reino del Sol, la chica sintió una corazonada y sin pensárselo mucho se acercó a la colina.

Una vez estuvo delante las dudas surgieron pero las acalló rápidamente y tocó la puerta.

" Toc, toc, toc "

: Estoy cerrado- se escuchó con desgana desde el interior de la tienda.

Ella volvió a tocar con insistencia.

El vendedor algo molesto abrió la puerta y respondió:

:Estoy cerrado vuelva otro dí-

: Soy la bruja- le interrumpió Ella- La bruja que busca el rey.

El vendedor abrió los ojos pasmado y con un gesto rápido la arrastró al interior de la tienda.

:¡ No digas eso tan alto! - reprendió a la joven- ¿Cómo has llegado hasta aquí?

: Es una larga historia, pero si usted quiere se la puedo contar- contestó la chica mirándolo con firmeza a los ojos.





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