Capítulo 30

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Llore todas mis penas, no me moví ni un centímetro, permanecí quieta y ni si quiera mire a Steven, cuando mi garganta dolía lo suficiente y ya no quedaban mas lagrimas por derramar me levante del suelo y camine hacia mi cama secándome las mejillas con mis palmas de la mano, los brazos de Steven volvieron a estar rodeándome por los hombros pero me aleje, no podía estar cerca de el.

-Alice-dijo suavemente pero negué con la cabeza.

-No Steven, no ahora-

-¿Porque?- su tono seguía siendo suave como si sintiera que el puede manejar mis emociones.

-¡¿Porqué?! ¡¿Y te atreves a preguntar?!-grité pero el no se inmuto, solo se quedo mirándome fijamente entonces decidí continuar- Me confundes mas, me haces sentir en el infierno, no quiero que me toques pero me gusta, se que me ocultas muchas cosas y no me las dirás entonces me dices que me vaya pero me quedo, ni siquiera se que quiero, solo se que quiero mi vida de nuevo-

-Tienes razón, te oculto muchas cosas- sus ojos se tornaron mas negros y se acerco un paso mas hacia mi.

-¿Entonces?-

-Tu decides o te quedas o te vas- dijo frío.

-¿No te interesa que me vaya?-pregunte a penas en un susurro pero el no tuvo compasión, solo negó con la cabeza.

-Ya me canse de ti, ahora es tu decisión-

Era como tener un Steven completamente distinto frente a mi, mi mundo se vino a abajo al saber que el en realidad nunca sintió nada por mi, yo solo fui una mas de su juego, el cual no entiendo, sin poder controlarme levante mi mano y le di una bofetada, agarre mi bolso y salí de la habitación furiosa y destrozada, ni siquiera mire a Kenny ni a Adam, solo salí corriendo de la estúpida suite, las calles estaban iluminadas y mi piel se erizo al sentir la fría brisa recorrer mi cuerpo.

Suspire y mire en todas las direcciones, se como llegar a la granja pero tardaría horas en llegar, decidi cruzar la calle y comenzar a caminar sin rumbo alguno, con lagrimas en los ojos, cuando ya iba a media cuadra un fuerte trueno me asusto y una intensa lluvia empezó a caer, seguí caminando pero en la esquina al tratar de saltar un charco que se formo rápidamente, caí sobre el.

No podía seguir, quería que llegue el final, una fuerte bocina se escucho a lo lejos pero no me moví, quería desaparecer, quizás esta era una buena oportunidad, me levante y me puse en el medio de la calle tratando de sacar todo el sufrimiento, cerré con fuerza mis ojos y un alivio me invadió al saber que ya no seguiría con este sufrimiento. Podría estar en paz.

Pero cuando menos lo espere fui arrastrada de la calle hacia la vereda nuevamente y cuando mire al frente un camión paso a toda velocidad, frustrada llore entre mis rodillas, solo quiero que me dejen morir en paz, ni siquiera eso me permiten.

Aparte su cuerpo de mi, no necesitaba verlo, era él, quien me salvo nuevamente.

Comencé a caminar pero la lluvia me impedía ver bien, un auto negro se estaciono frente a mi y de el salió alguien.

Era Alec, ignorando la presencia de Steven me lance sobre Alec y lo abrace, como si el fuera en realidad mi salvación.

-¿Puedes llevarme al aeropuerto?-pregunte sobre su oído y el solo asintió y me ayudo a entrar a su auto, lo ultimo que pude ver fue a Steven abajo de la lluvia, solo, decepcionado, el eligió esto para nosotros, no yo, alejé mi vista de el y me concentre en poder encontrar una buena excusa para justificarme con Alec.

El no pregunto nada, solo conducía.

-Supongo que querrás saber que paso- dije en un tono tan bajo a apenas lo pude escuchar yo.

Más que mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora