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La lluvia caía sin cesar desde hace más de dos horas, provocando que las calles de Shibuya se encontraran completamente inundadas, dificultando el tránsito en ellas.
—Ya es un poco tarde ¿no crees? Deberíamos cancelar la reunión para mañana, o ya que el tiempo haya mejorado —sugirió el peliblanco mirando por la ventana del coche.
—Es importante cerrar este trato, ¿lo sabes no? —cuestionó la chica impaciente por su gran retraso tratando de acomoda su corbata que parecía estar asfixiandola.
—Siento que moriré Sarka, tengo demasiado calor y los malditos autos no se mueven —lloriqueó recargandose en el hombro de la pelirroja, en un intento de convencerla de regresar al hotel donde se hospedaban—. Deberíamos llamar para posponer la reunión, probablemente su jefe ya esté molesto, llevamos 40 minutos de retraso —volvió a lloriquear, pataleando como si fuese un niño.
—Maldición, Kirda, ¿a caso tienes 5 años?Comportate que me pones más ansiosa —respondió ella pasándose las manos por el cabello con frustración—. No cancelaremos nada, faltan dos o tres calles para llegar —miró el trayecto restante en su celular con desespero.
El auto siguió andando con dificultades y por fin llegó al edificio de encuentro. Bajaron intentando mantener pasos firmes sin pisar los charcos de agua que abundaban. Kirda sacó un paraguas y los cubrió a ambos, comenzando a caminar dentro del edificio seguidos de Serguéi y tres de sus guardaespaldas.
Subieron al elevador y marcaron el piso acordado, dónde se supone que los miembros de Bonten estarían. Al abrirse las puertas del elevador se toparon con un hombre de cabello rosa quien al verlos sonrió abiertamente, acercándose a ellos y haciendo una exagerada reverencia.
—Es un gusto verlos, creímos que no vendrían —mencionó en un tono tan alegre que resultaba extraño.
La sonrisa del chico se esfumó al ver a la pelirroja detrás de sus acompañante.
—¿Es que acaso el señor Volkov no vendrá hoy? —cuestionó el peli rosa con cierto tono de disgusto—. Tenemos horas esperándolo -se quejó con exageración.
—Mi nombre es Sarka Volkova, mi padre me envió para presentar la sustancia, ya que es creación mía. Por lo que sé desde el principio se les dijo que sería yo quien vendría —refutó con el semblante serio que siempre la acompañaba—. ¿Hay algún problema con ello? —enarcó una ceja.
—Por supuesto que no... es solo que me tomó por sorpresa. Pensé que nunca vendrían —sonrió de la misma forma que hace un rato y caminó hacia ellos—. Soy Sanzu, miembro número dos de Bonten y mano derecha del jefe —tomó la mano de la ojiverde y la beso clavando sus ojos en los de ella—. Es un gusto conocerla.
