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—Nunca he viajado en motocicleta —mencionó Sarka un tanto preocupada, mientras observaba el vehículo estacionado frente a su casa.
—No te preocupes —rió el pelinegro—. Nunca te dejaría caer —la tomó por la espalda ayudándola a subir.
Subió a la motocicleta, seguido de ella, subió Draken.
Condujo por algunos minutos, llegando a un cine el cual estaba rodeado de varios locales más, pues este estaba en el centro de la ciudad.
Estacionó la motocicleta en el estacionamiento del lugar y ambos bajaron para caminar y adentrarse en el sitio.
—¿Qué te gustaría ver? —preguntó el pelinegro observando la cartelera.
—No lo sé, tal vez esa —señaló una película de zombies.
—¿Segura? —cuestionó Draken.
—Si, las películas de zombies son mis favoritas —mencionó con una sonrisa.
—También son mi género de películas favorito —rió él, mirando a la pelirroja con cierto interés.
—¿Qué pasa? —preguntó Sarka al notar la mirada del contrario.
—Nada, es solo que siento que me faltan muchas cosas por conocer de ti —la sonrisa que anteriormente había mantenido se redujo a una mueca melancólica.
—Aún nos queda mucho tiempo para eso —sonrió, logrando hacer sonreír nuevamente al pelinegro.
—Bien, compraré los boletos —avisó él caminando hacia la taquilla.
La pelirroja se sentó en uno de los asientos que había en el lugar, esperando a que el pelinegro comprara los boletos.
Luego de unos minutos, su celular vibró llamando su atención, era un mensaje de Kirda, cuando intentó verlo Draken apareció frente a ella acompañado de dos personas más, una chica con el pelo rosa y un chico pelinegro.
—Sarka, estos son unos amigos. Los encontré en la fila —sonrió—. El es Takemichi Hanagaki, y ella es su esposa Hina —señaló ahora a la mujer, la cual sobaba ligeramente su abultado vientre. Ambos sonrieron presentándose.
—Hola, soy Sarka, amiga de Ken —sonrió de vuelta, alternando la mirada entre la chica y su vientre—. Estás embarazada, ¿cierto? —preguntó, aunque era más que obvio, pero no quería cometer alguna indiscreción.
