CAPITULO 81

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Andrew

En total, éramos cinco.

Antes de abrir la puerta con un nudo que me impedía hablar hice que Annie se sentara de cabecera en la mesa del comedor mientras abría. Al hacerlo, Green junto con dos mujeres hicieron presencia.

Una, mucho mayor que la otra, me analizó con duda. Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza buscando algo, no sabía qué. La otra, la más joven, tenía los ojos humedecidos al mismo tiempo que se mordía la punta del dedo pulgar con nerviosismo.

—Señoras, éste es Andrew Reyes—ambas asintieron, a él era el último que quería ver—: Del que les platique en la comisaría.

—¿Ella está ahí?—preguntó la mayor, por el parecido, suponía que era la madre de la que acompañaba.

Asentí sin querer hacerlo. Mi única necesidad en este instante era cerrar la puerta con ellos fuera.

—¿Podemos pasar?—habló la que estaba más nerviosa.

«No, vayanse»

—Sin escándalos.

—Andrew—advirtió Manuel. Negué sin mirarlo.

—Lo que menos queremos ahora es asustarla,—ahora sí mis ojos cayeron en una mirada dura sobre él—: Más.

Cuando tuve una respuesta positiva de los tres, retrocedí sólo para ver qué hacían. Dándoles paso, también dándome chance de llegar a Annie primero. Me coloqué a sus espaldas de brazos cruzados, ella no veía a nada, solo a algún punto en la mesa de vidrio.

Ni siquiera cuando ellas aparecieron levantó la vista.

Un jadeo seguido de un sollozo lastimero hicieron eco en la sala, Manuel sumido en algún tipo de respeto por el posible reencuentro; se puso a un costado de la mesa. Dejando a las dos mujeres en la otra punta de la mesa. Annie, para duda de todos no prestó atención a los dos rostros nuevos.

Pero si lo escucho, lo supe por como movió los hombros.

—Annie, ellas son Annallys...—presentó Manuel señalando primero a la mayor de ellas, ahora con mejor luz se notaban más las canas que adornaban su cabello castaño.—: Y Marie hall.— señaló a la más joven, mis ojos danzaban entre ambas mujeres. Unas ganas de vomitar aparecieron cuando la similitud de ambas mujeres con Annie cada vez eran más notorias.

«Maldición»

—Hola Annie,—una sonrisa llorosa acompañó a la presentada como Marie.—: ¿Cómo estás?, ¿Me escuchas?

Sin moverme bajé la vista hacia ella, su pierna se movía de forma inquieta en el piso. Estaba nerviosa y me lamenté por no poder hacer nada.

—Si, hola.—habló dejando mudas a ambas.

Green, en el centro de todos aclaró su garganta.

—Annie, como ya te había comentado sólo las traería si había coincidencia con lo encontrado.—comentó haciendo que me ahorrara un bufido, no le creo una mierda—: Está siendo aquí por petición de ellos,—les explicó a ellas—: Annie presenta familiaridad con estar aquí, de haber resultados positivos, ella se sentirá cómoda. En la comisaría no sería lo mismo.

Ahora si se me salió una sonrisa de costado, la única razón de porqué estaban aquí era porque yo lo quise así. ¿Qué tanto les habrá dicho?

El policía entre nosotros se sentó en medio, en la misma mesa que nos separaba a todos. Sacó de su bolso una libreta y una grabadora. La última la dejó en el centro de la mesa.

ANNIE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora