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El fuego de la chimenea daba calor al enorme despacho de la residencia del Márquez Alterberry, creando un agradable ambiente para revisar los libros de cuenta que tenia en su escritorio, tomo una campanilla y la hizo sonar y de inmediato abrió la ...

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El fuego de la chimenea daba calor al enorme despacho de la residencia del Márquez Alterberry, creando un agradable ambiente para revisar los libros de cuenta que tenia en su escritorio, tomo una campanilla y la hizo sonar y de inmediato abrió la puerta de su escritorio su mayordomo

- ¿Necesita algo Mi Lord?

- Si, una taza de té, sin azúcar con un poco de leche, además de unos bocadillos, dentro de dos horas saldré, así que tengan preparado lo que les pedí hace unos días- no levanto la vista de sus cuadernos – escucho como la puerta se cerro y a los pocos minutos ingreso una criada con una bandeja con su té y bocadillos

- ¿No desea nada más su excelencia?

Dominick levanto la vista y miro por unos segundos a la criada y volvió a prestar atención a sus libros de cuentas – no, puedes retirarte – se tocó el tabique de su nariz y soltó un fuerte respiro, se puso de pie y observo desde la ventana hacia el exterior, el día reflejaba su estado de ánimo hoy se cumplía un nuevo aniversario de la muerte de Celesthe, desde que ella dejo este mundo y lo dejo sumido en la oscuridad; cerro los ojos y recordó los últimos momentos vividos junto a ella, en aquella habitación que olía fuertemente a medicamentos, a enfermedad y muerte, él tan solo se fue unos días, unos malditos días fuera de Londres a ver unos problemas que se presentó en una de las propiedades que poseía en el campo y tuvo que salir rápidamente ya que los campos se inundaron y los arrendatarios estaban preocupados por la perdida de la cosecha de ese año, lo que les afectaría económicamente durante un año quizás dos , tomo muchas decisiones rápidas que no perjudicaran ni a los arrendatarios ni al marquesado, pero en esos malditos días en donde realizaba todo en tiempo récord el destino determino que su amada prometida se agravará, soltó un fuerte gruñido y golpeo con sus puños la mesa remeciendo los objetos que estaban sobre ella, deseaba gritar y tirar todo, aquellos días siempre eran dolorosos, el recuerdo de verla morir en sus brazos era un peso que llevaba en su alma, y prometerle que volvería a amar a otra mujer era un espina que sangraba porque no se creía capaz de cumplir, se froto los ojos tratando de alejar las imágenes de su mente, pero ellas volvían y la amargura se instalaba en su garganta – si esa maldita mujer hubiese cuidado de ti, como me prometió- susurro – hubieses vivido unos meses más o quizás años, pero esa maldita bruja sin corazón te dejo a tu suerte de dejo morir – miro al vacío y recordó las palabras de su gran amigo Alberth, otra víctima de esa miserable.

- Ella la dejo sola, no me dejo acércame a mi hermana Dominick, trate por todos los medios ingresar a esa habitación, pero no podía, se encerró con ella, podía escuchar como mi pobre hermana le pedía cerrar la ventana y así poder entrar en calor, pero ella solo se reía, se burlaba de su dolor, cuando le grite que tu llegarías dentro de un día salió de esa habitación y se fue con unos ... con uno de sus amantes.

- ¡déjala!, ¡córrela de la mansión¡, acúsala de adulterio¡, yo seré tu testigo – puso su mano en su pecho reafirmando lo que estaba diciendo – yo te apoyo, eres un hombre honesto, eres respetado dentro del círculo de Escocia, en Londres tu apellido es poderoso y con mi ayuda y de mi abuelo acabas con ella

El Infierno de un ÁngelWhere stories live. Discover now