El Infierno de un Ángel

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Después que despachar al investigador de su despacho sentía que su animo caía por el suelo, la vida de Leonore fue horrible desde niña, sus padres la rechazaron cuando nació el tan ansiado heredero y la entregaron a la crianza de una institutriz y una nana, y posteriormente a aquel matrimonio para poder obtener buenas relaciones en la sociedad - ¡malditos! No merecen nada en esta vida – empuño su mano y golpeo su escritorio, hoy por hoy sus suegros buscaban ponerse en contacto con él y Leonore seguramente para volverse unas malditas sanguijuelas queriendo obtener beneficios por medio de Leonore – ¡no lo permitiré!

- ¿Qué cosa no permitirás hijo? – Alexander había ingresado al estudio de su nieto y lo observo molesto sin que este se percatarse de su presencia

Dominick miro a su abuelo en medio de una nube de malestar y remordimientos- Abuelo quiero darle luz a su vida oscurecida, quiero verla feliz, deseo que la luz inunde su alma ¿pero como?, yo mismo me encargue de castigarla en el pasado siendo inocente, desde niña a sufrido y yo – se cubrió la cara con sus manos.

- Tan solo te revuelcas en tus culpas y en el dolor que vivió Leonore, ambos hacen lo mimo tu en la culpa de no conocer la verdad, de no saber reconocer a esos miserables y ella en el dolor que carga secretos que no son de ella y que solo le causan daño al creer que le hace bien a una familia que no le dio nada valioso – camino hasta donde su nieto mantenía los licores y sirvió unas copas le tendió una a Dominick – no crees que ya es suficiente, desde que me revelaste aquella verdad sigo viendo el mismo actuar en ti, lamentarte por tus acciones del pasado- bebió con calma y miro a su nieto – pero no veo que estés actuando para que tu esposa comience a olvidar – lo miro de forma severa para que guardara silencio – es cierto le has dado el lugar que se merece en tu hogar, le has dado una buena mensualidad, le has dado lujos y la has presentado en sociedad tanto en Londres como en Edimburgo, pero Dominick – lo observo – eso son parte de tus deberes como esposo y Vizconde, así no es algo extraordinario, me puedes decir que muchos de nuestro estatus no hacen ni la cuarta parte de lo que te he mencionado, pero ellos nobles no fueron criados por mi – dejo el vaso en el escritorio de su nieto – tienes dos opiniones o comienzas a actuar y como me mencionaste hace un instante darle luz a la vida de tu esposa donde tu la acompañás n cada paso que den para formar una familia real o tan solo yacen para tener un heredero y ambos hacen vida separada como la gran mayoría de los nobles que son nuestros pares, porque no puedes vivir en tu pasado, no puedes continuar revolcándote en las tinieblas del ayer, porque es tu deber vivir el presente y cuidar el futuro de tu esposa y tuyo, de la familia que pueden crear en conjunto.

Dominick miro a su abuelo con asombro y cierta molestia por sus palabras no estaba dispuesto a dejar en manos de cualquier maldito noble con enormes garras, dispuesto a meterse en la alcoba de su esposa, ¡ella, era de él!

- Si quieres que ella sea feliz – se puso de pie y toco el hombro de Dominick – tu solamente tu debes encargarte de que su presente este iluminado y que su futuro sea un dia soleado, tu debes enseñarle y demuéstrale que su esposo no es su verdugo, tú debes enseñarle que se puede ser feliz en un matrimonio y no me refiero a lo que suceda en la alcoba sino a la vida cotidiana, porque para ingresar a la alcoba de tu esposa debes ganártelo – lo miro directo a los ojos – y espero que comiences pronto a actuar y ya dejes de estarte atormentando por un pasado y acciones que no puedes cambiar ya cometiste el error de creer en ellos, ahora te toca matar su recuerdo en la memoria de tu esposa y el tuyo propio o no podrás avanzar – se sentó en el sillon y cruzo sus piernas - ¿y ahora dime porque estabas tan molesto?