¿Podrá aquel caballero rescatar al Ángel del infierno?
Leonore tan solo conocía el dolor y jamás el amor, desde pequeña rechazada por su familia al no ser el deseado hijo varón; tan solo conocía el desamor y el repudio de todos quien la rodeaban.
Al...
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Estaba parado frente a la casa Armand, observando en silencio a la gente que pasaba por la calle, algunas se le quedaban mirando otros simplemente pasaban de largo sin siquiera dedicarle una mirada, sabia que debía enfrentarlo y exigirle cuentas de porque guardo tantos secretos, ¿Por qué no se atrevió a decirle la verdad?, camino lentamente y subió las escaleras que lo dirigían a la entrada de la casa que fue de Alberth y llamo a la puerta con firmeza
- Buenos días su excelencia – el mayordomo de la casa le abrió y lo hizo pasar hasta el hall de la residencia
- Deseo hablar con el Conde MacRury – le entrego una tarjeta de visita, para que se la pasara a Armand.
El hombre tomo la misma en su mano realizo una perfecta reverencia y salió rumbo a donde estaba su señor
La espera se le hizo eterna, por su mente paso que se negara a recibirle, después de todo se detestaban, ahora lograba entender del porque siempre protegía a su esposa, arrugo el cejo al pensar en aquello, pero no pudo seguir analizando aquella sensación al ver como el mayordomo se acercaba
- Mi lord lo recibirá en su estudio, su excelencia – se dio la vuelva y comenzó a caminar para que el invitado de su señor lo siguiese, al llegar a la puerta de caoba oscura del estudio la abrió – El Duque de Arterberry esta aquí mi lord – hizo una reverencia
- Arterberry – le llamo por su apellido a modo de saludo – gracias señor Anderson, que nadie nos moleste
- Como usted diga mi lord – cerro la puerta dejándolos solos
Ambos se observaron en silencio analizándose bien, se conocían de años, uno mantenía secretos ocultos a petición de alguien para no desatar un infierno y el otro quería explicaciones de porque tantas mentiras
- No me digas que has decidido anular tu matrimonio con Leonore – sonrió al ver la expresión descolocada de Dominick – es un enlace no consumado y realmente seria lo mejor, después de todo tu la odias
- Es mi esposa – gruño – y así se quedara para siempre, y lo qu ha pasado en nuestra alcoba tu no lo sabes – lo miro desafiantes y sonrió de medio lado al ver como se molestaba
- Si no estas aquí para acabar con aquella farsa que llamas matrimonio ¿a que debo el desagrado de tu visita?
- Secretos y engaños
- ¿de qué hablas Arterberry? – lo miro sin ninguna expresión en su rostro
- ¿Realmente no lo sabes? O tan solo eres parte de ellos
- No tengo idea de que hablas Arterberry, jamás he sido partidario de acertijos yo voy directo a la yugular
Dominick lo observo el hombre no tenia expresión alguna de culpabilidad o de sorpresa tan solo lo observaba desde su asiento sin siquiera pestañar, era como si en el fondo no le importase nada – de como fui engañado vilmente por tda tu familia
