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Observo el oscuro líquido y volvía a escuchar las palabras de Armand en su mente, que su esposa pudo haber sido la esposa de ese maldito imbécil si el destino no hubiese cambiado los pasos de todos – debí molerlo a palos cuando pude, maldito estúpido

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Observo el oscuro líquido y volvía a escuchar las palabras de Armand en su mente, que su esposa pudo haber sido la esposa de ese maldito imbécil si el destino no hubiese cambiado los pasos de todos – debí molerlo a palos cuando pude, maldito estúpido

-       ¿Quién es aquella persona que es merecedora de aquellas palabras? – sonrió, pero su sonrisa se esfumo al ver la expresión de Dominick

-       Leonore- dejo la copa en su escritorio y camino hasta quedar a la altura de su esposa – tú te ibas a casar con – gruño – con Armand

Abrió los ojos con asombro en el fondo de ellos - ¿Qué? – lo miro extrañada y confundida – no comprendo lo que me dices – lo miro extrañada y algo confundida

Dominick la miro y pudo apreciar diversas emociones reflejadas en sus hermosos ojos - ¿estas segura? – sentía la rabia aumentar dentro de él, porque era verdad, aquel mal nacido le propuso matrimonio a su Leonor, y ella al parecer había aceptado, aquel nuevo descubrimiento lo golpeo hasta hacer tambalear

¡Dominick! – Leonore tomo por la cintura a Dominick tratando de darle apoyo con su cuerpo - ¿estas bien? – toco su frente y se dio cuenta que no tenia fiebre, pero si estaba pálido algo helado

Apego su cuerpo a su torso – dime Leonore, tenías algún otro pretendiente, nuestro matrimonio interfirió con lo que realmente deseabas - ¡Dios santo¡ ¿Qué haría si le decía si? Que ella deseaba aquel otro compromiso

-       No … comprendo a que te refieres – aquella actitud de Dominick, la ponia nerviosa, era como si una fiera se quisiera escapar del fondo de su alma

-       ¿Estas segura? – la acerco mas contra su pecho

Leonore le puso las manos sobre el pecho a Dominick, tratando de tomar un poco de aire porque sentía que él se llevaba todo el aire y no podía respirar – No se que – trajo saliva – no se porque me dices esto, sabes que era una mujer repudiada por todos

-       No por todos – miro sus labios con intensidad – alguien te quería para si mismo, aquel imbécil te quería , el miserable de  tu cuñado te deseaba para si – gruño

Leonore abrió los ojos y sus labios pero no dijo nada por unos segundos hasta que ordeno sus ideas - ¿Quién te dijo aquello?

-       Él mismo, se jacto ante mi, de que tu lo querías a él, que te ibas a casar con él – la soltó y comenzó a pasear por la habitación como fiera – tú y él – la miro con rabia - ¿dime tu deseabas aquel enlace? – se paso lo dedos por su cabello - ¿tu lo amabas?

-       Yo, quiero mucho a Armand – dio un paso hacia su esposo

Sintió un dolor lacerante rebanando su corazón, por ¡Dios!, como dolía escuchar aquello, como dolía darse cuenta que él jamás tendría el cariño de su mujer… porque él anhelaba el amor de aquella mujer, aunque no lo mereciera, aunque no debería siquiera soñar con el, lo deseaba con desesperación, era eso que le molestaba constantemente que ella jamás le ha dicho que lo ama, ni siquiera en los momentos de pasión compartido en su alcoba, ni cuando ella esta gritando su nombre nublada por aquel tormento de anhelos y deseos, le dice que lo ama, intuye que algo se guarda, que algo esconde de él y de solo pensar que puede ser que  desee pronunciar el nombre de aquel mal nacido lo mata por dentro, se da cuenta que el amor, el verdadero amor, es doloroso y dichoso; solo que a él le esta tocando la parte que se merece el doloroso

El Infierno de un ÁngelWhere stories live. Discover now