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Se quedo en su lugar un fracción de segundos la declaración de Leonore lo tomo por sorpresa, comenzó a caminar para ir tras ella, y así cumplir su anhelo después de todo necesitaba un heredero, pero realmente ¿ella se merecía eso?, ¿que fuese solo...

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Se quedo en su lugar un fracción de segundos la declaración de Leonore lo tomo por sorpresa, comenzó a caminar para ir tras ella, y así cumplir su anhelo después de todo necesitaba un heredero, pero realmente ¿ella se merecía eso?, ¿que fuese solo por procrear? y la respuesta fue tan clara y rotunda  ¡No¡, claro que no ella merecía más mucho más, pero dejarla así solo y con mil dudas en su mente solo lograría aumentar la brecha que había entre ellos.

Leonore no comprendía porque estaba llorando con tanta desolación, algo dentro de ella dolía mucho, se sentó en a orilla de su cama y continuo llorando – ¿Por qué?¿por que estoy llorando? – sollozo y se limpio con el dorso de su mano las lagrimas que caían por sus mejillas

Dominick ingreso en silencio a la habitación y la vio ahí sentada en su cama, se dio cuenta que estaba sollozando por el suave movimiento de sus hombros; su pecho se estremeció la sintió tan frágil, tan debil– no huyas de mi Leonore nunca más– la tomo por los hombros la abrazo y beso su coronilla – no me diste tiempo de responder a tu petición esposa – hundió su nariz en el cabello de ella y percibió el suave aroma a lavanda y menta, levanto con sus dedos su mentón obligándola a mirarle – claro que si, pequeña ¡oh claro que si!, pero antes de que compartamos el lecho- acaricio sus hombros lentamente y pudo percibir que su piel se erizaba – debes… debes ser cortejada – poso un beso en su frente, pudo ver en el fondo de sus ojos el desconcierto, asombro, incertidumbre y anhelo; estaba más que claro que Albert jamás lo hizo y él tampoco fue menes estúpido que aquel ser repulsivo aunque en ámbitos distintos ambos jamás la trataron como lo que era una mujer, la miro en silencio por unos minutos si una mujer y muy bella, siempre le pareció especial cuando la conoció tenia un imán muy poderoso que siempre la buscaba para platicar de cualquier tema aunque ella siempre llevaba el tema a Celesthe y su estado de salud, pero debía reconocer que era muy agradable platicar y estar con ella.

Fue  un imbécil pero ahora podía solucionarlo, acaricio suavemente el contorno de los hombros de su esposa; no puedo justificarme porque no lo merezco, debí ser más inteligente, más intuitivo, me deje engañar como un niño poso sus manos en su cintura y la acaricio suavemente – te voy a cortejar mi dulce Leonore porque lo mereces, porque necesito cortejar a mi esposa – deposito un suave beso en sus labios.

Cortejarme, aquellas palabras se repetían en su cabeza y nublaron sus sentidos por unos minutos hasta que sintió que la alzaban en vilo- ¡¿que haces?!  Chillo al ver como Dominick la tomaba en brazos y la llevaba hasta su recamara – yo soy muy pesada, te vas a lastimar

Dominick soltó una carcajada – me crees un debilucho, sabes que me ofendes, yo boxeo y hago otras actividades – la dejo sobre su cama con delicadeza – jamás te dejare caer Leonore en todos los sentidos siempre estaré para ti, somos amigos – se recostó a su lado y tiro de las mantas para cubrirlos a ambos – debemos conocernos y que mejor que así – sonrió al ver como ella sonreía y se sonrojaba y al ser su cabellera rojiza mas resaltaban sus mejillas y una parte de su cerebro por fin capto que su esposa era muy muy bella y sensual aunque ella misma no lo sabia, ella podría enloquecer a cualquier hombre con solo sonreírle, arrugo el cejo y miro el fuego de su chimenea – no lo hagas nunca – la miro serio

El Infierno de un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora