¿Podrá aquel caballero rescatar al Ángel del infierno?
Leonore tan solo conocía el dolor y jamás el amor, desde pequeña rechazada por su familia al no ser el deseado hijo varón; tan solo conocía el desamor y el repudio de todos quien la rodeaban.
Al...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tenia varios días investigando acerca de la mejor ubicación para el club de los ángeles – esto es más complicado de lo que pensé – se toco la barbilla con su dedo, tomo otro documento que le envió un abogado de entera confianza de Agatha que le estaba ayudando en la búsqueda de diversos edificios que se pudiese remodelar, tuviese una excelente ubicación
- ¿Qué haces esposa? – miro sobre su hombro, los documentos que miraba con tanto detenimiento
- ¿Qué hace aquí su excelencia? – se toco el pecho por el susto – es tan silencioso como un gato
Sonrió – pues necesitaba consultarte algo y me dijeron que estabas aquí
- Debió enviar una de las sirvientas a buscarme, no debió molestarse – cerro de golpe la carpeta de cuero para que no pudiese ver los documentos que tenia en su interior
- No me importo, además es importante – se dio la vuelta y se poso frente a ella
- ¿De qué se trata su excelencia? – acomodo su vestido para tratar de liberar la tensión que sentía
- Mi abuelo realizara un baile donde seremos presentados en sociedad
- No veo la necesidad, ya en Londres realizamos el baile de presentación
- Pues como dijo Agatha – trato de hacer una pose e imitar de ella – eso fue con aquellos ingleses estirados, ahora debe ser con nuestra gente – sonrió – como si los escoceses no fuesen soberbios – recordó a Duncan y su actitud fanfarrona en el club cuando le dio consejos
No pudo dejar de sonreír aquella imitación le causo gracia – no creo que Lady Agatha se deba enterar de que...
- Te lo ruego el – junto las manos a modo de plegaria – que no sepa que la imito – se estremeció a modo de miedo
- No – lo miro seria – que usted cree que los escoceses somos soberbios, le arrancaría la cabeza o mínimo se la rebana con una espada – soltó un dulce y suave risa al imaginar a Agatha corriendo detrás de Dominick espada en mano furiosa
- ¿Qué estas imaginando pequeña? – sonrió, jamás la había visto sonreír así, bueno así frente a él y era un extraño sentimiento porque realmente le gustaba verle sonreír y es más le gustaba hacerla sonreír
- No nada – se puso seria, no quería molestarlo
Se quedo callado unos segundos observando como el brillo de sus ojos se fue y fue reemplazado por temor – tranquila – dio un paso hacia ella y poso sus manos sobre sus antebrazos – no me molesta tan solo quería saber que te dibujo aquella sonrisa, para poder lograr que vuelvas a sonreír así – acarició sus hombros suavemente
No podia expresar palabra alguna, ella jamas espero que Dominick le dijiese eso y mucho menos que estuviesen hablando asi con tanta calma y cordialidad - ¿para cuando seria el baile mi lord?
