🆅︎🅴︎🅸︎🅽︎🆃︎🅸︎🅳︎🅾︎🆂︎

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𝗠𝗮́𝘀 𝗹𝗲𝗰𝗵𝘂𝘇𝗮𝘀 𝗺𝗲𝗻𝘀𝗮𝗷𝗲𝗿𝗮𝘀

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—¡Oh, no! —Hermione le tiraba de la manga, mirando el reloj—. Tenemos diez minutos para regresar a la enfermería sin ser vistos. Antes de que Dumbledore cierre la puerta con llave.

—De acuerdo —dijo Heather, apartando los ojos del cielo—, ¡vamos!

—Quiero vómitar... ¿por qué no me dejaste regresar caminando?

Entraron por la puerta que tenían detrás y bajaron una estrecha escalera de caracol.

—Eres muy malo mintiendo; no te dan miedo las alturas —inquirió Heather—. Eres parte del equipo de Quidditch, idiota, solo no tenías confianza en Buckbeak o en mi.

Al llegar abajo oyeron voces.

Se arrimaron a la pared y escucharon. Parecían Fudge y Snape. Caminaban aprisa por el corredor que comenzaba al pie de la escalera.

—... Sólo espero que Dumbledore no ponga impedimentos —decía Snape—. ¿Le darán el Beso inmediatamente?

—En cuanto llegue Macnair con los dementores. Todo este asunto de Black ha resultado muy desagradable. No tiene ni idea de las ganas que tengo de decir a El Profeta que por fin lo hemos atrapado. Supongo que querrán entrevistarle, Snape... Y en cuanto a los jovenes Potter, principalmente Heather, vuelvan a estar en sus cabales, también querrá contarle al periódico cómo usted los salvó.

Heather se mordió el labio, para no soltar lo que traía en mente. Entrevió la sonrisa hipócrita de Snape cuando él y Fudge pasaron ante el lugar en que estaban escondidos. Sus pasos se perdieron.

Aguardaron unos instantes para asegurarse de que estaban lejos y echaron a correr en dirección opuesta. Bajaron una escalera, luego otra, continuaron por otro corredor y oyeron una carcajada delante de ellos.

—¡Peeves! —susurró Heather, asiendo a sus acompañantes por la muñeca—. ¡Entremos aquí!

Corrieron a toda velocidad y entraron en un aula vacía que encontraron a la izquierda.

Peeves iba por el pasillo dando saltos de contento, riéndose a mandíbula batiente.

—¡Es horrible! —susurró Hermione, con el oído pegado a la puerta—. Estoy segura de que se ha puesto así de alegre porque los dementores van a ejecutar a Sirius... —Miró el reloj—. Tres minutos.

𝖧𝖾𝖺𝗍𝗁𝖾𝗋 𝖩𝗈𝗌𝖾𝗉𝗁𝗂𝗇𝖾 𝖯𝗈𝗍𝗍𝖾𝗋Where stories live. Discover now