🆀︎🆄︎🅸︎🅽︎🅲︎🅴︎

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𝗕𝗲𝗮𝘂𝘅𝗯𝗮𝘁𝗼𝗻𝘀 𝘆 𝗗𝘂𝗿𝗺𝘀𝘁𝗿𝗮𝗻𝗴

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Como si su cerebro se hubiera pasado la noche discurriendo, Heather se levantó temprano a la mañana siguiente con un plan perfectamente concebido. Se vistió a la pálida luz del alba, salió del dormitorio y bajó a la sala común, en la que aún no había nadie.

Allí tomó un trozo de pergamino de la mesa en la que todavía estaba su trabajo para la clase de Adivinación, y escribió en el la siguiente carta:

Querido Canuto:

Lo de que me dolía la cicatriz fue algo que soñé, nada más. Estaba dormida la última vez que dije eso, entonces pudo haber sido malinterpretado. No tiene sentido que vengas, aquí todo va perfectamente. No te preocupes, mi cabeza está bien.

Elvendork.

Salió por el hueco del retrato, subió por la escalera del castillo, que estaba sumido en el silencio (sólo la retrasó Peeves, que intentó vaciar un jarrón grande encima de ella, en medio del corredor del cuarto piso), y finalmente llego a la lechucería, que estaba situada en la parte superior de la torre oeste.

La lechucería era un habitáculo circular con muros de piedra, bastante frío y con muchas corrientes de aire, puesto que ninguna de las ventanas tenía cristales. El suelo estaba completamente cubierto de paja, excrementos de lechuza y huesos regurgitados de ratones y campañoles.

Sobre las perchas, fijadas a largos palos que llegaban hasta el techo de la torre, descansaban cientos y cientos de lechuzas de todas las razas imaginables, casi todas dormidas, aunque Heather podía distinguir aquí y allá algún ojo ambarino fijo en ella.

Vio Hedwig acurrucada entre una lechuza común y un cárabo, y se fue aprisa hacia ella, resbalando un poco en los excrementos esparcidos por el suelo.

Le costó bastante rato persuadirla de que abriera los ojos y, luego, de que los dirigiera hacia ella en vez de caminar de un lado a otro de la percha arrastrando las garras y dándole la espalda.

Heather no supo por que, pero estaba dolida. Pronto descubrió que era por Bartolomé; cuando le pidió que entregará una carta, chilló y señaló a un lugar de la lechuchería, Heather volteó y se topo con Bartolomé.

Y Heather lo comprendió, Hedwig no estaba enojada, estaba celosa e indignada.

Al final, Heather sugirió en voz alta que tal vez estuviera demasiado cansada y que sería mejor pedirle a Ron que le prestara a Pigwidgeon, y fue entonces cuando Hedwig levantó la pata para que le atara la carta.

𝖧𝖾𝖺𝗍𝗁𝖾𝗋 𝖩𝗈𝗌𝖾𝗉𝗁𝗂𝗇𝖾 𝖯𝗈𝗍𝗍𝖾𝗋حيث تعيش القصص. اكتشف الآن