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—¿También Dumbledore cree que Quien-tú-sabes está recuperando fuerzas? —murmuró Ron.
Heather ya había hecho partícipes a Ron, Hermes y Hermione de todo cuanto había visto en el pensadero y de casi todo lo que Dumbledore le había dicho y mostrado después. Y le había reclamado a Sirius, a quien había enviado un búho en cuanto salió del despacho de Dumbledore, sobre hablar de lo que ella le contaba a él a otras personas.
Aquella noche los cuatro volvieron a quedarse hasta tarde hablando de todas esas cosas en la sala común, hasta que a Heather empezó a darle vueltas la cabeza.
Ron miraba la chimenea. A Heather le pareció que su amigo temblaba un poco, aunque la noche era cálida.
—¿Y confía en Snape? —preguntó Ron—. ¿De verdad confía en Snape, aunque sabe que fue un mortífago?
—Sí —respondió Heather.
Hermione llevaba diez minutos sin hablar. Estaba sentada con la frente apoyada en las manos y mirando al suelo. A Heather se le ocurrió que también a ella le hubiera sido útil un pensadero.
—Rita Skeeter —murmuró al final.
—¿Cómo puedes preocuparte ahora por ella? —exclamó Ron, sin dar crédito a sus oídos.
—No me preocupo por ella —dijo Hermione sin dejar de mirar al suelo—. Sólo estoy pensando... ¿Recuerdan lo que me dijo en Las Tres Escobas? «Yo sé cosas sobre Ludo Bagman que te pondrían los pelos de punta...» Supongo que se refería a eso. Ella hizo la crónica del juicio, sabía que les había pasado información a los mortífagos. Y Winky también lo sabía, ¿se acuerdan? «¡El señor Bagman es un mago malo!» Seguro que el señor Crouch se puso furioso cuando lo dejaron en libertad y lo comentó en su casa.
—Ya, pero Bagman no pasó la información a sabiendas, ¿o sí?
Hermione se encogió de hombros.
—No podemos saber con certeza qué es lo que pasa por la cabeza de las personas —comentó Hermes, con su cabeza recostada en el hombro de Heather—. Pero no podemos negar que su juicio no fue más que una formalidad: su fama de jugador de Quidditch fue lo que hizo que se librara de Azkaban, no que fuera inocente.
—Eso es cierto —apoyó Heather—. Incluso durante el juicio fue felicitado por su desempeño contra Turquia. Casi nadie se tomo su juicio con seriedad.
—¿Y Fudge cree que Madame Maxime atacó a Crouch? —preguntó Ron, volviéndose hacia Heather.
—Sí —repuso Heather—, y no creó que sea sólo porque Crouch desapareció junto al carruaje de Beauxbaton.
