01. | Bodas de sangre

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29 de mayo
Tokio, Japón

La cena había comenzado.
Grisha miró a su hijo frunciendo levemente el ceño. Los Ackerman eran personas importantes, debía ser lo más educado posible con ellos.

Sin embargo eso le traía sin cuidado a Eren.
Los Ackerman los habían guiada hasta una gran sala con una larga mesa en el centro. Levi y Kenny ocupaban ambos lados de la mesa, jugando su papel de anfitriones, por otro lado, Sienna estaba sentada justo enfrente de Eren.

Varias personas más se les habían unido, una mujer con lentes y una coleta desordenada, un hombre castaño cuyo nombre había escuchado era Moblit, una pecosa vestida de manera tan extravagante como Sienna, y por último Sasha, a esta última si la conocía, formaba parte de la mafia de Jean, ella y su novio habían pasado buen tiempo en Alemania, pero por eso mismo no entendía que hacía allí, Sasha parecía estar bastante a gusto con los Kirstein, ¿Qué hacía en la mansión Ackerman? ¿Se habría unido a ellos ? ¿O sólo estaría de visita?
No tenía forma de saberlo.

El lugar estaba decorado de forma muy lujosa, lo había notado apenas y puso un pie en la mansión, habían grandes cuadros, que de seguro habían costado millones, aunque Eren dudaba mucho de que a los Ackerman les interesara el arte; también habían estatuas de tipos que llevaban muertos hace miles de años y que Eren no tenía idea de quien demonios eran. Por último, la construcción de la mansión en sí era en cierta forma tradicional, al estilo japonés, sin embargo había podido notar varias mejoras tecnológicas, como sensores, láseres, sistemas de seguridad y demás.

Casi nunca tenía la oportunidad de visitar el hogar de otra gran mafia, por lo cual, la experiencia le resultaba "culturizante" tal y como Zeke diría.
Los Jaeger tenían casi el mismo nivel que los Ackerman, pero no eran tan derrochadores, si bien, también tenían una que otra mansión, estas mayormente paraban abandonadas. 

La única otra mansión que había podido visitar era la de los Kirstein (aunque ahora tenía entendido que Jean la había vendido) aquella mansión se encontraba en Suiza, el hogar original de los Kirstein, había ido cuando tan solo era un adolescente, gracias a que Grisha lo había obligado diciéndole que debería involucrarse más en "los asuntos familiares".

Recordaba haber estado asustado, en aquellos tiempos recién se estaba haciendo la idea de lo peligrosas que podían ser las mafias, y mucho más si tu padre era el jefe de una de las más grandes, por fortuna, se había llevado bastante bien con el hijo de los Kirstein, Jean, este le había presentado a Armin. Los tres se habían hecho amigos rápidamente.

Pero en esta ocasión no estaban ni Jean ni Armin, Jean estaría en quien sabe donde, y Armin se había tenido que quedar en Alemania a atender algunos asuntos. Eren estaba completamente solo en lo que le parecía una casa llena de víboras.
Literalmente, ya que había visto una que otra serpiente en vitrinas, aunque estaba casi completamente seguro de que no eran reales.

Sentía cada una de sus acciones meticulosamente observadas, y la tensión no podía estar más latente. El ambiente era casi demasiado solemne y elegante para su gusto.
Sin embargo se preguntaba como reaccionarían los Ackerman ante algo que consideraran "impropio".
Se recostó en la lujosa silla como si estuviera en su casa. Se estiró en ella sintiendo la mirada de todos caer en él. Justo la reacción que esperaba.

- ¿Las sillas te incomodan el trasero, Eren? - murmuró Levi Ackerman.

Eren resistió el impulso de soltar una carcajada.
Grisha lo miraba con una expresión retadora, Eren refunfuñó un tanto y adoptó una postura un tanto más digna. No le convenía tener una discusión con su padre en aquellos momentos.

blood wedding | eren jaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora