25. | Lazos de amistad

1.1K 101 212
                                    

— ¿Sienna, estás aquí? — la puerta se abrió con lentitud.

La cabeza de una chica con el cabello castaño oscuro alborotado y unos ojos alargados y risueños se asomó a la habitación. 

Arrugó la nariz, olía extraño. El lugar estaba a oscuras y solo podía distinguir una que otra sombra por la luz filtrada desde el corredor. Habían un par de ventanas abiertas, las cortinas blancas y delgadas se mecían con la brisa de la noche, pero dado que era luna nueva muy poca luz entraba desde el exterior.

— ¿Ymir? — la voz de una chica se escuchó — Sí, estoy aquí...

Ymir sonrió en medio de la oscuridad, cerró la puerta tras de ella mientras buscaba el interruptor de la luz.

Llevaba esperando poder hablar con Sienna desde que había terminado la cena, ya hace varias horas. 

La familia Ackerman tenía invitados: varias mafias rusas con quienes se planeaba firmar una alianza. A sus 15 años, Ymir aún ocupaba un puesto bastante bajo en cuanto a la mafia Ackerman, pero de todas formas Sienna y Mikasa la habían invitado a pasar unos días en la mansión. Y lo que habían creído que serían unos aburridos días de negociaciones entre los adultos, se había convertido en una auténtica diversión.

Pieck Finger y Annie Leonhart, ambas invitadas y traídas por sus respectivos padres, se habían pasado la mayor parte de los días quejándose de todo. Y para Sienna, Mikasa e Ymir había sido todo un placer darles más cosas de las que quejarse: ropa rota, tinte de cabello en sus shampoos, ácido muriático en su pasta de dientes... Pieck y Annie las odiaban, pero podía decirse que el sentimiento era mutuo. 

Y claro, no se podían olvidar de los chicos. 

Marcel Galliard era el mayor, con 17 años. Bastante guapo y con aires de grandeza, una eterna expresión aburrida enmascaraba su rostro y a menudo solía quejarse de tener que pasar demasiado tiempo con "los niños". Reiner Braun le seguía en edad, 16 años y la misma expresión aburrida, su arrogancia molestaba a todos, era el hijo mayor y heredero de la mafia de los Braun, los aliados más poderosos que tenían los Ackerman. Solía ignorar a Sienna y Mikasa, y para Ymir tenía reservada una expresión de asco.

Y por último, estaba el menor de todos: Porco Galliard, el hermano menor de Marcel, con 15 años. Los primeros días, Ymir hasta consideró que podían llevarse bien. Porco era divertido, las acompañaba en sus bromas aunque nunca se involucraba más de lo necesario, era inteligente y a comparación de los demás, no solía ser un idiota arrogante. 

A Ymir le había parecido un ser humano decente.

Aunque claro, eso fue antes de notar su evidente interés en Sienna. Y su incomodidad no había hecho más que aumentar cuando Sienna aceptó (para sopresa de todos) salir con él. El único consuelo que había tenido Ymir fue ver la cara que puso Annie al enterarse, la rubia incluso se había echado a llorar según los chismorreos de Reiner. 

De cualquier forma, a Ymir y a Mikasa también les había sentado mal. No tenían nada en contra de Porco, pero una relación era arriesgada, sobretodo entre sus mafias. Ni los Galliard ni los Ackerman lo habrían aceptado. Sienna lo sabía pero no parecía importarle.

 — Ya es muy tarde. — murmuró Ymir, alegre — Mikasa ya se durmió hace horas, pero estoy segura de que la zorra de Annie sigue despierta. ¿Y si le gastamos una broma como la otra vez?

Sus dedos por fin encontraron el interruptor, volvió a fruncir el ceño. El olor era bastante extraño, pero no solo eso, una sensación de humedad le seguía. El estómago de Ymir dió un vuelco por una razón que desconoció.

blood wedding | eren jaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora