20. | Nacida para morir

978 125 204
                                    

10 de febrero
Berlín, Alemania


Eren intentó mantener la calma; aquello era quizás, lo único que le quedaba.

— Sienna, no...

Apenas tuvo tiempo de apartarse antes de que una daga pequeña pasase volando a centímetros de su cabeza. Reprimió un jadeo, volviendo a concentrarse en Sienna, el rostro de ella estaba tan impasible como de costumbre.

Era como si ni siquiera estuviera allí.

— ¿Por qué tenías que estar despierto...? — casi parecía estar lamentándose — Quería terminar con esto rápido.

Otra daga salió volando, Eren la esquivó como pudo junto con otra tercera que casi se le clava en un brazo. Se sintió momentánemente aliviado al notar que Sienna se había quedado sin más dagas. A excepción de la katana.

— Detente, Sienna.

— No sirve de nada, — le lanzó una mirada fría — tengo que matarte esta noche, ya lo decidí.

Eren cerró los ojos soltando un suspiro, sabía que ese momento llegaría, conocía demasiado bien a Sienna. Si había ido hasta allí con su katana, no tenía forma de convencerla de que lo dejase con vida. Ella no cambiaría de opinión.

Sus únicas opciones eran matarla. O dejar que ella lo matase.

Podía recordar dónde tenía su pistola escondida. Tal vez, si ganaba tiempo suficiente podría tomarla antes de que Sienna lograse acuchillarlo con la katana. 

Retrocedió lentamente de nuevo hacia el tocador, Sienna no apartaba la mirada de él. 

— Después de lo que pasó esta noche... ¿En serio harás esto? — Eren no sabía si el tono dolido en su voz era simplemente porque necesitaba ganar tiempo en distraer a Sienna o si en verdad lo estaba sintiendo — ¿En verdad quieres que esto se termine así?

— No hay nada que termin-... —Sienna se interrumpió a mitad de oración.

Se movió como un rayo al darse cuenta de lo que Eren estaba haciendo, intentó acuchillarlo pero su katana solo rasgó el aire. Eren había aprovechado su momento de distracción para abrir uno de los cajones del tocador.

Y cuando Sienna volvió a blandir la katana en alto, Eren ya tenía su revolver en manos.

Apuntando directamente hacia ella.

Los ojos de Sienna se entrecerraron con rabia. Bajó ligeramente el arma pero en ningún momento relajó su agarre sobre esta.

— Como siempre no eres más que un tramposo. — siseó en dirección a Eren.

Ambos estaban acorralados. Sienna tenía su katana dirigida hacia el pecho del ojiverde, pero él sostenía su revolver: justo sobre la cabeza de ella. 

Ninguno dijo nada por un momento, ambos mirándose fijamente sin atreverse a mover un músculo.

— No tiene por qué ser así, Sienna... 

— Te lo hubieras pensado un poco más antes de revisar mis cosas — gruñó esta — No puedo dejar ningún cabo suelto.

— ¡¿Y yo soy uno?! — la pistola temblaba en manos de Eren, por la rabia contenida — ¿Osea que planeas matarme solo para poner a salvo tu estúpido plan con Porco...? ¡¿Me matarás para protegerlo a él?!

Sienna no respondió por unos instantes.

— No. Ya habíamos decidido matarte mucho antes. 

Eren apenas pudo procesar sus palabras antes de que Sienna volviese a intentar acuchillarlo. 

blood wedding | eren jaegerWhere stories live. Discover now