13. | Preparativos de viaje

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Nadie fue a despertarlos en lo que restaba de la mañana. Tal vez entendieran que estaban exhaustos. Aunque luego de la conversación con su hermano, Eren no pudo pegar ni un ojo.

Sienna seguía apaciblemente dormida, cuando regresó del baño. Eren se recostó a su lado, observándola.

Cayó en la cuenta casi demasiado tarde que aquella era la primera vez que la veía dormida. Que dormían juntos.
Si bien, se habían acostado un montón de veces, ella jamás había bajado la guardia lo suficiente como para quedarse a dormir con él.

Era toda una ironía que ella decidiera hacerlo cuando Eren ya estaba decidido a matarla. 

No porque quisiera, en realidad él no tenía otra opción. Y Eren lo había sabido desde el principio.

Sienna despertó casi al mediodía. Eren la observó con atención, nunca la había visto despertar, nunca había visto su rostro tan relajado como en aquel momento, ni el delicado movimiento de sus pestañas al abrir los ojos.

Era hermosa. Aunque él ya lo sabía, pero nunca antes lo había sentido tan real, tan profundamente en su alma. Mientras la observaba no pudo evitar pensar en qué cómo alguien tan hermosa, podía ser una asesina. Como era que Sienna podía estar tan rota. Intentaba concentrarse en eso, en su lado salvaje, sangriento y terrible, intentaba convencerse a sí mismo que ella era un monstruo. Ella misma lo había admitido, todo lo que Eren tenía que hacer era creerlo él también. No podía permitirse fallar.

Ella abrió los ojos, encontrándose con los suyos. Dió un pequeño respingo de sorpresa.
Eren tragó saliva.

— Roncas cuando duermes. — dijo lo primero que se le vino a la mente.

Sienna hizo una mueca, y en seguida volvió a fruncir el ceño.

— Idiota — dijo restándole importancia — ¿Qué hora es?

— Casi mediodía.

— ¿¡Tanto dormí!? — ella se levantó de prisa, se dirigió hacia la ventana observando afuera — Mierda. Quedé en encontrarme con Ymir al mediodía.

Eren enarcó una ceja.

— ¿Ya no están enojadas? — preguntó con curiosidad.

— Claro que no. — Sienna se acomodó la ropa mirándose en el espejo de cuerpo completo de la habitación — Nos arreglamos ayer, Ymir y yo nunca tenemos discusiones serias.

Eren asintió un tanto distraído. Su vista se dirigió hacia su móvil que reposaba en la mesita de noche a un lado.

Armin le había enviado un par de mensajes. Al parecer Carla había cumplido su palabra y había obligado al rubio a tomar el primer vuelo a Japón, la mayoría de los mensajes de Armin eran quejándose de lo temprano que lo habían levantado.

Y los demás eran preguntándole que tal iba el plan.

Eren estaba feliz de volver a ver a su mejor amigo después de tiempo, pero de un modo u otro la presencia de Armin lo ponía nervioso. Él había aceptado ayudarlo con el plan, pero antes de eso le había hecho prometer mil y un veces que no se metiera en problemas, y que no haga nada estúpido.

Como por ejemplo desarrollar algún tipo de sentimiento por Sienna.

— Sobre lo de ayer. — Sienna seguía frente al espejo, observó a Eren a través de este — ¿Podrías hacer como que nada sucedió?

Eren tragó saliva.

— Claro.

— Bien.

El ambiente se tornó incómodo casi al instante. Sienna terminó de alisarse el cabello, se dirigió sin decir palabra a la puerta de la habitación. Eren la siguió con la mirada sintiendo un enorme sentimiento de pesar en su pecho, ella se detuvo por un par de segundos en la puerta a punto de salir.

blood wedding | eren jaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora