12. | Voces del pasado

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Decidieron, que por el momento, Sienna y Eren se quedarían en la mansión Ackerman hasta que las cosas "se calmasen" .

La conversación con Ymir se había alargado más de lo que tenía pensado. Sienna estaba exhausta, arrastró sus pies, a la que había sido su antigua habitación. Le sorprendió el deje de nostalgia que sintió al pasar por los tan conocidos pasillos.

Habían pasado tan solo unos pocos meses, pero había extrañado su hogar.
Tal vez era una suerte que su mansión hubiera explotado, así tenía una excusa para volver allí.

Pensó en Eren, sabía en qué habitación estaba, y se preguntaba si debía ir a verlo. Él se había visto muy aturdido durante toda la ceremonia, Sienna no lo comprendía. Si Eren ya había asesinado a personas con anterioridad, ¿Qué tenía de diferente eso?

Y así, casi sin darse cuenta, terminó frente a la puerta de su habitación. Frunció los labios, pensando si debería tocar. Probablemente Eren estuviera cansado, tal vez no debería molestarlo.

Pero por alguna extraña razón sentía que necesitaba verlo. Tocó la puerta despacio.

No hubo respuesta.

Sienna volvió a tocar esta vez con más fuerza, de nuevo, nada.

Soltó un bufido, irritada, ¿Eren no quería hablar con ella? Daba lo mismo, había cumplido con tocar la puerta, pero ahora reafirmaría su autoridad como su esposa, y dueña de la casa, así que entró de todas formas.

Le sorprendió encontrar a Eren sobre la cama, tenía los ojos cerrados, varias pequeñas vendas y una que otra comprensa reposaban sobre su rostro. Tenía una camisa abierta y una sirvienta le curaba las heridas de las manos y brazos. Sienna también pudo notar un par de moretones por su abdomen.

Miró a la sirvienta untar un poco de crema sobre los moretones, pasando sus manos por el abdomen desnudo de Eren. Apretó los dientes con fuerza.

Vete — le dijo a la criada en japonés — Aléjate de mi esposo. Yo me encargaré de él.

La muchacha se envaró casi como si apenas hubiera notado su presencia, Eren abrió los ojos al escuchar la voz de Sienna, la miró con atención. La sirvienta asintió apresuradamente con la cabeza, y sin siquiera atreverse a mirarla, casi salió corriendo de la habitación.

Sienna volvió a observar a Eren, este la miraba confuso desde su cama.

— ¿Qué le dijiste a mi enfermera? — murmuró — Parecía que la pobre había visto un fantasma.

Sienna no dijo nada. Intentó ignorar el tono frío en la voz de Eren. Desde que lo había obligado a asesinar a aquel tipo estaba así.

Sienna no lo entendía. No había sido tan malo. Si Eren ya había asesinado a un montón de personas en la mansión, ¿Porque se enojaba ahora por eso? Ella tan solo había querido sentirse más cerca de él, darle el honor de acercarse a los Ackerman.

Pero ahora Eren estaba actuando de aquella manera. Y Sienna no podía evitar que le afectase.

Se acercó al pie de la cama, miró el ungüento, en realidad no tenía la menor idea de que hacer, ella no curaba heridas, las hacía. Así que simplemente sacó un poco más, esparciéndolo sobre la piel de Eren.

Él respiró hondo, casi conteniendo el aliento al sentir el contacto de sus manos sobre su abdomen, Sienna masajeó lentamente, rozando con delicadeza su piel.

Eren no dijo nada, siguió evitando su mirada, con todo su cuerpo tenso bajo su contacto. Sienna sintió su pecho encogerse. Quería que hiciera algo, que diga alguna broma o alguna de sus estupideces.

blood wedding | eren jaegerWhere stories live. Discover now