26. | Fuga de la ópera

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14 de febrero
Tercer nivel del Pantages Theater

Eren exhaló. 

Sienna a su lado estaba inmóvil, aún sostenía la carta que le había dado pero sus manos habían comenzado a temblar apenas divisó a los cuatro policías frente a ellos.

Aún con la difícil situación, Eren podía notar que estaba extraña.

No actuaba como sí misma. La antigua Sienna habría asesinado a Ymir, o al menos, habría luchado contra ella. No se habría arrodillado para dejarse morir. No se habría rendido con tanta facilidad.

Eren había llegado justo a tiempo, un par de segundos más y...

No, no quería seguir por allí.

Acalló sus pensamientos. Miró los rostros de aquellos policías. Estaban confundidos, eso era obvio. Parecía que no entendían bien la situación pero tampoco dudarían en detenerlos. Después de todo, el cadáver ensangrentado de Ymir detrás de ellos no era la mejor carta de presentación.

Calculó que con un par de disparos, Eren podría cargarse a 2 de ellos antes de que los otros tuvieran tiempo de reaccionar. Quizás con un poco de suerte podría conseguir lo mismo con los restantes.

Pero si pedían refuerzos... Contaría como asesinato. Y si los atrapaban, lo cuál era muy probable, podía irse imaginando su vida en la cárcel. Claro, si Marley no lo mataba antes. 

— ¡Suelten el arma! — volvió a gritar el policía — ¡Manos en alto!

Eren miró de reojo a Sienna. Tenía la mirada perdida, ni siquiera reaccionaba. Eren empezaba a temerse lo peor, ya sabía que la salud mental de Sienna era un tema delicado de por sí, el hecho de haber asesinado a Ymir debería estarle afectando más de lo que había imaginado.

De modo que no podía contar con ella, tendría que arreglárselas por sí mismo. Aunque sea, debía encargarse de que Sienna huyera.

— Claro... 

Eren retrocedió un paso, alzando las manos. Tenía que ser rápido, dos disparos bastarían para confundirlos, y otros dos para terminar con todos. Tenía buena puntería, podía hacerlo.

Pero el ruido atraería la atención de más policías.

— ¡QUE BAJES EL ARM-...!

Cuatro disparos amortiguados por un silbido se escucharon. Rápidos y seguidos. Eren quedó desconcertado por un momento.

No habían venido de su pistola.

Los cuerpos de los policías cayeron hacia adelante, cada uno con un dardo sobresaliendo de su espalda o cuello. Quedaron inconscientes en el suelo.

Una figura apareció tras ellos, todo vestido de negro y uniformado como parte del personal de seguridad del edificio, sostenía un rifle de asalto con silenciador. Eren tardó un par de segundos en reconocerlo.

— Marco... — susurró impresionado.

La mirada de Marco se desplazó desde Eren hacia Sienna, inmediatamente pareció relajarse. Y luego vió el cadáver.

Se puso pálido.

— Así que no eras tú.. — murmuró consternado.

Eren frunció el ceño.

— ¿No era yo..?

— El traidor. 

Eren parpadeó una vez, intentó hacer como que no le había afectado.

blood wedding | eren jaegerWhere stories live. Discover now